Por: Andrés Timoteo / columnista
Hace un siglo, en 1918, dos cordobeses gobernaban Veracruz. Uno, el general Cándido Aguilar, era gobernador formal, pero fue llamado al gabinete presidencial de su suegro, Venustiano Carranza, y en funciones estaba el sustituto, Delfino Victoria. Eran las postrimerías de la Revolución Mexicana y en todo el País estaban produciéndose cambios impulsados por ese movimiento.
En Veracruz se acaba de estrenar una Constitución Local, derivada de la Carta Magna que se promulgó en 1917 y se reorganizaba el Gobierno Estatal luego de la convulsión política y social de la guerra. Delfino Victoria tenía 44 años cuando gobernó la Entidad, mientras que Cándido Aguilar tenía 28 años -asumió la Gubernatura a los 25-. La de Veracruz era, pues, una Administración de jóvenes, vanguardista a nivel Nacional, pues los viejos generales de la Revolución ocupaban casi todas las gubernaturas del País.
Una centuria después, la Entidad tiene una competencia por la Gubernatura entre personajes también relativamente jóvenes. Uno, Miguel Ángel Yunes Márquez, cumplirá 42 años el próximo miércoles. Otro, Cuitláhuac García Jiménez, quien llegó a 50 años la semana pasada, el miércoles; y José Yunes Zorrilla tiene 49 años, cumplirá 50 en septiembre próximo.
La única dama que compite para el mismo cargo, Miriam Judith González Sheridan, tiene 53 años. En la historia reciente de Veracruz no ha habido comicios en los que los competidores hayan estado tan iguales respecto a las edades, de ahí la referencia a la situación política de hace un siglo. El dato a destacar es que, ahora, el más joven de los cuatro candidatos es quien encabeza las preferencias ciudadanas.
Además de que, si bien hay cuatro contendientes, la elección real es entre dos: Yunes Márquez de la alianza “Por Veracruz al Frente”, que conforman PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, y García Jiménez de la coalición “Juntos haremos historia”, integrada por Morena, PT y PES. Uno de ellos será el próximo Gobernador veracruzano.
Los otros dos, Yunes Zorrilla de la alianza “Por un Veracruz mejor”, del PRI-PVEM y González Sheridan, del Partido Nueva Alianza (Panal), aparecerán en la boleta electoral, pero no son competidores serios. Sus circunstancias los ubican en tercer y cuarto lugar, respectivamente, en las proyecciones demoscópicas. Difícilmente alguno de los dos remontará en los sondeos y se convertirá en una opción victoriosa.
Ayer domingo, esos cuatro comenzaron su campaña formal -porque la real inició desde el año pasado- que durará 59 días, hasta el 27 de junio próximo. Cada uno, como se anticipó, arrancó la actividad proselitista en sus terruños. Yunes Márquez en Boca del Río, donde fue alcalde dos veces, y Cuitláhuac García en Xalapa, demarcación por la que es Diputado Federal.
Yunes Zorrilla lo hizo en Perote, donde fue Alcalde y donde su familia ejerce un cacicazgo político desde hace décadas, y González Sheridan en Minatitlán, cabeza del Distrito por el cual es Diputada Local. Ninguno se atrevió a comenzar en territorio ajeno por las razones que ya se han expuesto. El más tempranero fue García Jiménez, quien corrió en el Paseo de los Lagos de Xalapa con la atleta y senadora Ana Gabriela Guevara.
BOTARGAS Y OMISIONES
Allí fue correteado por unas botargas de Hugo Chávez. Por eso, el candidato de Morena se dijo perseguido por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y anticipó que buena parte de su tiempo de campaña lo ocupará en integrar un expediente de denuncias contra el Mandatario en funciones. A partir de ayer, el candidato de Morena tiene el reto de dejar las cafeterías y también la capital del Estado para recorrer la Entidad.
Su Talón de Aquiles son los eventos en solitario, sin la presencia del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, la retórica adormecedora y los debates, pues aún siendo catedrático universitario con estudios de posgrado en el extranjero, no es buen orador ni buen hilador de ideas. Su discurso particular, quitándole todas las frases prefabricadas de López Obrador, se ancla en ocurrencias, chistes mal contados y puyas que no las sostiene con hechos indesmentibles.
Su prueba de ácido no serán las propuestas estridentes de López Obrador -como el perdonar a los narcotraficantes, que es la más explotable para descalificarlo en automático- sino su propia inactividad como representante popular. El mundo se le vendrá encima cuando le pidan que mencione una sola cosa o gestión que haya hecho por los xalapeños.
Yunes Linares también fue tema de inicio de campaña del priista Yunes Zorrilla -no son parientes, aunque llevan el mismo apellido-, quien le atribuyó todos los males de la Entidad, como si la crisis financiera, la inseguridad pública y otras calamidades hubieran comenzado hace año y medio. Sin embargo, por segunda ocasión, el peroteño perdió la oportunidad de ofrecerle una disculpa a los veracruzanos por haber colaborado con la fidelidad, especialmente con Javier Duarte de Ochoa.
Ese hubiera sido un buen inicio de campaña, reconocer sus errores y exponer un ‘mea culpa’ ante todos para luego pedirles el voto para él y el tricolor, ¿no creen? En el último sexenio, Yunes Zorrilla presume haber gestionado 4 mil millones de pesos en obras para 100 municipios, al menos eso dicen sus voceros, pero omite decir que la mayor parte de ese dinero también se la robó Duarte, y no dijo nada.
Tampoco denunció el latrocinio en todas las dependencias estatales ni el pacto que tenía con el crimen organizado. Ayer era tiempo de una disculpa pública, pero la omitió. Peor aún, Yunes Zorrilla se pegó un tiro en el pie el mismo día del inicio de campaña, pues pide el sufragio hablando de honestidad y rectitud, pero tuvo de invitado de honor al corruptísimo Carlos Romero Deschamps, dirigente del sindicato petrolero. Vaya incongruencia.
El candidato panista Yunes Márquez prometió dos cosas: inclusión y responsabilidad. Dijo que no presentará propuestas demagógicas ni irrealizables. Vaya, aprendió del error del padre para no prometer lo imposible. Si bien dijo que continuará el cambio político iniciado en el 2016, al boqueño se le olvidó remarcar que ese cambio por el que votaron los veracruzanos incluye cárcel para los corruptos de la fidelidad. Cierto es que ya está encarcelado uno de los exgobernantes, Duarte, y otro, Flavino Ríos, tiene prisión domiciliaria, pero el peor de todos sigue libre, el innombrable, al igual que otros pillos que saquearon el tesoro estatal. Si el candidato Yunes Márquez quiere ser continuador del cambio, también debe erigirse como justiciero. No debe caer en el juego de los nostálgicos de la fidelidad que agitan el bulbo de que el tema de la corrupción de Duarte y el innombrable está agotado.
Para nada, la justicia transicional no es algo que se acabe en dos años, en una década o en un siglo. El castigo para los corruptos y los genocidas es algo inextinguible e inagotable, y que los políticos le deben al pueblo. Aquellos que claman por olvidar las atrocidades de los exgobernadores y hasta afirman que estaban mejor con ellos, hablan por su conveniencia personal, no por responsabilidad social.
Ahí Yunes Márquez debe tener cuidado en no caer en el garlito de quienes le apuestan al olvido para proteger a los que convirtieron a Veracruz en un infierno. Claro, los otros dos contendientes varones, Yunes Zorrilla y García Jiménez ,si bien llevan el tema de la inseguridad y la violencia en su campaña, ninguno mencionó a los exgobernadores responsables de esa herencia que sigue castigando a los veracruzanos.
Ambos culpan al actual Mandatario de lo que acontece porque no les conviene remover el pasado, ya que eso sacaría a la luz sus tratos con Duarte de Ochoa. En fin, en estos términos iniciaron campañas y los detalles sobre los eventos, personajes que asistieron y declaraciones paralelas ya se conocerán por las crónicas periodísticas que el lector tendrá en la edición de hoy. Ayer también comenzaron proselitismo los candidatos a las diputaciones locales.
En total, se renovarán 50 escaños en el Congreso Local, 30 de mayoría relativa -votados en las urnas- y 20 plurinominales, sin contar con las 20 diputaciones federales y las dos curules al Senado de la República, cuyos candidatos ya están en campaña desde hace un mes. Por cierto, en la numeralia calculada, si son 212 municipios veracruzanos los candidatos a la Gubernatura deberán visitar cuatro por día para que les alcancen los dos meses de campaña
REGINA, SEIS AÑOS
Hace seis años se asestó el golpe al corazón de la comunidad reporteril de Veracruz. La periodista Regina Martínez fue hallada muerta en su domicilio de Xalapa. Fue torturada, la golpearon salvajemente y la asfixiaron en el cuarto de baño. Así, desde las oscuridades del poder se dio el mensaje: si eso hicieron con Regina, no se detendrían en hacerlo con el resto de los que ejercían un periodismo crítico.
Ya seis años de que todos corrieron y que el miedo quedó instalado para siempre en la colectividad, en las redacciones y en cada uno de los que conocieron a Regina, y con la que compartían ese compromiso del quehacer periodístico responsable y veraz. Seis años de que muchos huyeron para salvar la vida. Hace seis años la vida les cambió a muchos.
También seis años de que otros tres compañeros: Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, fueron secuestrados, asesinados y mutilados, solo unos días después de Regina. Sus restos se localizaron el 3 de mayo, en pleno Día Mundial de la Libertad de Prensa. ¿Qué número de víctimas fueron en el conteo maligno de esos años de plomo?
La memoria duda, hay una nebulosa porque la mente activa mecanismos de defensa y obliga a olvidar lo doloroso. Empero, lo presente es que son seis años de impunidad, de justicia negada y de dolor que se va haciendo viejo, pero que ahí sigue. Por otro año más exigimos: ¡Justicia para Regina¡ ¡Justicia para Gabriel, Guillermo y Esteban! y ¡Justicia para el resto de los compañeros asesinados y desaparecidos durante la vorágine de terror!