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Los pronósticos reservados

Superiberia

Hay quienes dicen que los periodistas somos pesimistas. Que no damos nunca buenas noticias. Puras malas.

Sólo nos llama la atención la sangre, los pleitos, las malas vibras. Los conflictos. Es más, a la hora de interpretar u opinar, los editorialistas o los columnistas acabamos siendo hasta agoreros del desastre.

Todo depende. En principio, noticia es todo aquello que se reviste de novedad, interés público o general, por la razón que sea. Y en el rubro de la opinión, o bien el análisis (interpretación), buscamos los temas que tengan este interés público o general.

Aquí es donde viene una de las dinámicas curiosas de los seres humanos. El interés público o general gravita más sobre los temas polémicos, que sobre las buenas noticias.

Es cierto que puede y debe haber noticias buenas que nos motiven, como el triunfo de algún mexicano en el exterior, etc.

Personalmente, me defino como un apasionado de mi país, y a cada foro que asisto, o conferencia que ofrezco, no dejo de vocear a los cuatro vientos el potencial de México y el socorrido sí se puede.

Sin embargo, para poder construir escenarios sobre diagnósticos más precisos, los analistas y periodistas tenemos que observar la realidad tal cual es, y no como deseamos que fuera, error muy común en quienes se avientan a hacer análisis de la actualidad.

Así, pues, prefiero que nos definamos como realistas, característica definitoria de esta hermosa profesión.

Y sí, para no ser pesimista, digamos que el pronóstico es… reservado.

Aperitivo: la economía

Primero fueron los tres ajustes a la baja que dejaron a nuestro ligero (tampoco era cosa del otro mundo) pronóstico de crecimiento de tres y medio (3.5% del PIB) a un maltrecho menor a 2% (1.7%).

Ya afectaditos, con la carga de la decepción a cuestas, vino el Fondo Monetario Internacional y nos recetó un ajuste a la baja despiadado, dejándonos en un raquítico 1.2 por ciento.

Todavía se dieron el lujo de calificar nuestro descalabro como “inesperado”.

Claro, después de reeditar el milagro mexicano por todos lados, la percepción hacia nosotros se infló, pero la realidad siguió siendo como es: real. ¿La causa?

Fundamentalmente tres: falta de gasto del gobierno, estancamiento de la construcción y lenta recuperación en EU.

Para como está el mundo, un crecimiento magrito, pero crecimiento, es una buena noticia.

No obstante, la mala es que ninguna de estas previsiones contempla el auténtico despelote presupuestario que tiene nuestro vecino país del norte, que hoy mantiene cerrado al gobierno sin un presupuesto aprobado.

Más aún, en medio de más de diez días de parálisis, todavía no llegan a un acuerdo entre el Presidente, demócratas y republicanos, para poder elevar el techo de endeudamiento de EU.

Si no llegan a un feliz arreglo antes del 17 de octubre, el gigante estadunidense podría caer en una situación delicada de mora y, claro, de falta de confianza. No es necesario explicar que ello daría al traste con nuestro crecimiento, magrito y todo.

Y en medio de esta situación, más convendría tomar medidas para reactivar la economía más rápido que un galgo furioso, que andar pensando cómo cobrar más impuestos.

Y sí, sin llegar al pesimismo, el pronóstico es… reservado.

Piatto forte: la Izquierda

Sin ánimo de jorobar, pero la Izquierda en el país pasa por un lento proceso de canibalización.

Lo anterior en realidad no es noticia. Es de todos sabido que la izquierda mexicana es dada a la canibalización tribal desde tiempos de la rueda de piedra.

El escenario es, pues, complicado.

Quién lo diría, pero López Obrador parece desinflarse ante la falta de causas nuevas, al grado que ahora lucha por acreditar los tres mil militantes que pide la ley para el registro de su movimiento Morena como partido político en Zacatecas e Hidalgo.

En el DF, el movimiento que aglutinara a la tribu perredista IDN y a su líder René Bejarano, parece jugar a las contras del gobierno de extracción perredista de Miguel Ángel Mancera y su grupo.

Los pulsos se ven desde la bancada amarilla en la Asamblea Legislativa del DF, hasta en la calle.

Parte de este sector más radicalizado del PRD ha impulsado mayor laxitud en la ley para favorecer a aquellos que se cubren el rostro y se hacen llamar anarquistas.

Incluso parecen haber participado en el pago de fianzas para aquellos anarquistas detenidos que han alcanzado este beneficio de ley.

Todo ello en detrimento de un gobierno de izquierda, en buena parte emanado de sus filas. ¿Por qué afectar a un gobierno del mismo signo?

Esta fisura amarilla, derivada de los intereses de poder de las tribus, podría abrir una ventana a otros partidos, particularmente a los tricolores en la Ciudad de México, y con ello afectar el bastión de la izquierda en el país. ¿Eso quieren? ¿La división es tan grande que estarían dispuestos a drenar su bastión?

El pronóstico, claro está, es reservado.

Dolce: futbol

¿En serio queremos ir al Mundial a realizar un papel mediocre?

Más café.

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