Cuántos funcionarios quisieran que desapareciera.
Los que han sido señalados públicamente.
A los que han encontrado con las manos en la masa.
Los que hacen favores a cambio de dinero.
Los políticos con influencia, que la venden para salvar de la cárcel a los hampones, los que defienden a los malandrines sin importar el daño que hacen a los ciudadanos.
En fin, todos los que saben que la justicia de este país tienen un denominador común, “el dinero”.
A todos ellos les encantaría, que José Abella se hubiera doblegado ante la presión de los que se sienten impunes.
No se vale que un Presidente municipal, por ejemplo, se lleve el dinero de los ciudadanos que pagan sus impuestos regularmente.
No se vale que un juez, manipule un juicio de acuerdo con el M.P. y liberen al culpable y envíen a su casa a la víctima del delito, a esperar justicia que nunca va a llegar.
Y tantas otras cosas más, que hacen de nuestro país uno de los más corruptos del mundo.
La labor de Pepe y su periódico, me recuerda la figura del Quijote, frente a los imponentes molinos de viento.
Pero por algo se empieza, y eso es lo que vale.
Un proverbio chino dice, “toda gran jornada comienza siempre con el primer paso”.
Llegará el tiempo de que nuestras autoridades tengan que cuidarse de sus actos. Obliguémoslos a rendir cuentas. Tenemos una nueva ley que los obliga. Tenemos tribuna para decir nuestras verdades, ya que Pepe se mantiene firme en su deseo de combatir la corrupción, que nos ahoga y nos vuelve esclavos de la misma.
Luchemos señalando a los corruptos. Y obliguemos a todos los servidores de este país, a cumplir la ley que ellos mismos escribieron en las cámaras.
Que acaben por comprender que son una vergüenza mundial, pues si el país está considerado en niveles de corrupción elevados, la culpa de esto es de los que nos manejan y gobiernan.
Busquemos que las ciudades mexicanas, no tengan precio y que ganen los puestos públicos, los votos y no el dinero.
La realidad actual, logra que un político realice una campaña con nuestro dinero, gobierne sin entregar cuentas de lo que recibió y por último que lleve para su cuenta bancaria lo que quede.
Aprovechemos la ventaja de tener una tribuna, como nos la ofrece Pepe Abella, y todo su personal que con él colabora, principalmente la señora Viridiana Bretón; quien no descansa, hasta tener lista la edición del día siguiente.