Por: Andrés Timoteo/ columnista
Ayer estuvo en Veracruz el candidato a la alianza “Todos por México”, que integran los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), José Antonio Meade Kuribreña.
Su evento más cuantioso fue con adheridos a la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Cardel, municipio de La Antigua, a quienes prometió de todo.
Unos dicen que fueron 10 mil y otros 20 mil los campesinos acarreados a ese encuentro realizado en un campo deportivo propiedad de la Unión de Productores Azucareros del ingenio “El Modelo”.
Fue un acto para tratar de despertar lo que antiguamente se llamó el “voto verde” del PRI, es decir, la base de electores que el tricolor mantenía entre hombres y mujeres del campo, misma que ahora sólo es “nostalgia”.
Abandonados por el sistema gobernante -entiéndase por las administraciones priistas- durante los últimos sexenios, los votantes rurales ya no apuestan al tricolor. Y menos aún si los que dicen representarlos son tremendos pillos.
Por ejemplo, en Veracruz, el dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias es Juan Carlos Molina Palacios, señalado por sus ‘oscuras’ amistades y fue el encargado de los programas de apoyo al sector azucarero con el innombrable, en el antepenúltimo sexenio, cuando amasó una fortuna personal formidable.
Los recursos de los programas estatales nunca llegaron ni a los ingenios ni a los productores de caña de azúcar, pero ahora Molina Palacios vive como sultán en un rancho con ganado importado que gana premios internacionales cuando apenas hace 15 años conducía un viejo camión, acarreando caña cortada de los plantíos en la Cuenca del Papaloapan.
¿No es eso una fortuna veloz y una carrera política rauda? ¿de dónde salió tanto dinero? Es de los pocos rancheros que con la fidelidad pasó de pobre a millonario.
Ayer también se dio una burla descarada para los productores cañeros locales, pues uno de los organizadores de ese encuentro en Cardel fue el senador Héctor Yunes Landa, coordinador estatal de la campaña de Meade, pero quien hace nueve años fue cómplice del saqueo de la caja de ahorro que tenían los cañeros del ingenio “El Modelo”. De esa caja de ahorro se robaron más de 500 millones de pesos para entregarlos a las campañas del PRI en los años 2004 y 2007, y dos de los beneficiarios fueron el innombrable, en el 2004, y Yunes Landa, el último año cuando contendió por la Diputación Local por el Distrito de La Antigua.
Hubo denuncias penales presentadas, pero a Yunes Landa nunca se le “tocó”, gozó de impunidad. Se detuvo a cuatro integrantes de la CNC local, pero estos evadieron la cárcel haciéndose pasar por enfermos. Estuvieron en un hospital algunos meses y luego fueron liberados. Es más, algunos de esos pillos, ayer estuvieron acarreando campesinos para el evento de Meade. O sea, son los mismos granujas los que hace diez años le robaron a los cañeros los que ahora piden que voten por el PRI. ¿Quién en su sano juicio lo hará?
Muchos de los defraudados ya murieron, en la pobreza y esperando recuperar sus ahorros, pero el innombrable, Yunes Landa y otros pillos siguen disfrutando de lo robado. ¿Qué habrán pensado los afectados por ese atraco o sus descendientes al ver a Yunes Landa en el templete con el candidato presidencial? ¿a poco votarán por Meade? ¿a poco votarán por el PRI? ¿a poco votarán por el otro Yunes de nombre José?
Y sobre este último, como ya se dijo en un texto anterior, la gira de Meade Kuribreña por Veracruz, que también fue con la intención de arropar al candidato a la Gubernatura de Yunes Zorrilla, fue un encuentro de tercero a tercero porque los dos ocupan el tercer lugar en las mediciones demoscópicas. Ni Meade ayuda a Yunes Zorrilla ni éste lo ayuda a él, ambos están en las mismas condiciones de precariedad y ninguno le aporta nada al otro. Son similares y están en el tercer sitio de las encuestas, inocuos para ayudarse mutuamente. Recuerden esa ley física: polos iguales se repelen, y ellos son tan iguales.