México, d.F.- El uso irregular de fondos del erario para su talk show, el apoyo prestado en pantalla para lanzar “guerras sucias” contra adversarios políticos y mediáticos, y las reiteradas acusaciones e investigaciones por presentar falsos testimonios de víctimas de desastres naturales o de supuestos abusos sexuales, constituyen una constante en la carrera de la conductora Laura Bozzo.
La polémica generada por la utilización de recursos públicos del Estado de México para lucirse como “rescatista” en las zonas afectadas por las tormentas en Guerrero, así como su disputa con la periodista Carmen Aristegui, a quien Bozzo tachó de “mentirosa” y amenazó con iniciarle una guerra sucia en la pantalla, es una fórmula que aprendió durante la presidencia de Alberto Fujimori en Perú, cuando se convirtió en aliada y comunicadora privilegiada de ese régimen.
Una testigo de estas imputaciones, María Angélica Arce Guerrero, de hecho relató cómo Bozzo armó un programa especial sobre lisiados de las fuerzas armadas para favorecer mediáticamente los intereses de Montesinos, el temido jefe de los servicios de inteligencia de Perú.
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