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Relevo ¿generacional? en el PAN

Superiberia

“Alguien dijo que estar en la oposición es como estar en el cielo, pero cuando estás gobernando, estás en el infierno”, comparó el ex presidente Felipe Calderón. Hoy los panistas han regresado al nirvana de la oposición. Y desde la doble condición de aliados en el Pacto por México y críticos del desempeño del gobierno, los blanquiazules capitalizan su nueva circunstancia.

Pero a diferencia del Senado, donde el protagonismo se da a través de ex colaboradores de Calderón, en la Cámara de Diputados el activismo blanquiazul se despliega en cuadros emergentes.

De entrada, figura el coordinador de la bancada, Luis Alberto Villarreal García, tiene 39 años, y el vice coordinador Jorge Villalobos, 34 años. Identificados como los hombres de confianza del presidente del partido,Gustavo Madero, en San Lázaro, se enfrentan al reto de encauzar a un grupo de 114 legisladores, ya sin las presiones ni los incentivos de representar al partido en el poder.

A ellos debe atribuirse la estrategia que llevó a la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara al diputado Ricardo Anaya Cortés, actualmente el rostro blanquiazul más visto en la televisión. Villarreal y Villalobos afrontaron la presión de los calderonistas que postulaban para ese cargo al experimentado José González Morfín. Y se vieron obligados a ceder en un trato que le deja a él la batuta para el segundo semestre legislativo.

Mientras tanto, el estilo firme, pero conciliador de Anaya Cortés expuesto a los medios de manera cotidiana le permite al PAN desmarcarse de la rijosidad que encasilló a la administración anterior.

Apuntalado para disputar la gubernatura de Querétaro, el presidente de la Cámara ha logrado generar un buen clima a su alrededor, evitando las cortesanías. “En esta Cámara no confundimos coordinación con subordinación”, declaró en respuesta al llamado presidencial de aprobar ya las reformas. Anaya Cortés será clave en la estrategia deMadero para buscar su reelección a inicios de 2014.

Otro destacado relevo es Fernando Rodríguez Doval: responsable de cuidar que los planteamientos de sus compañeros sean afines a la doctrina blanquiazul; involucrado en las negociaciones del Pacto por México para la transición del IFE al Instituto Nacional de Elecciones e impulsor de la idea de que el PAN convoque a marchas contra la reforma hacendaria del presidente Enrique Peña.

Comisionado por Madero para afinar con los calderonistas una propuesta común de reforma política, el ex asambleísta capitalino cercano a la senadora Mariana Gómez del Campo hará campaña sin duda en favor de Ernesto Cordero.

Otra es la trayectoria de Juan Pablo Adame Alemán, quien desde la Comisión Especial de Agenda Digital balconeo y frenó las anomalías en la licitación de las laptops en la SEP. Hijo del ex gobernador de Morelos, es el artífice del triunfo aplastante hace una semana de Everardo Padilla en la dirigencia del PAN Juvenil. 

Los votos que concretaron ese triunfo deben considerarse como un ensayo de la futura disputa nacional y de la fuerza que podrían alcanzar los maderistas en alianza con la gente del llamado Yunque, al que representa el joven legislador. 

Aunque la vida pública sigue dominanda por “El Club de Toby” y el PAN no es la excepción, algunas diputadas consiguen abrirse camino. Es el caso de Adriana González Carrillo, activo blanquiazul mexiquense, especialista en asuntos internacionales, integrante de la Comisión Bicameral de Seguridad y promotora desde 2006 de colocar el nombre de Octavio Paz en el muro de honor de la Cámara.

Cercana a Margarita Zavala, pero crítica con la forma en que el calderonismo intentó supeditar a sus bancadas, la ex senadora representa al panismo de cepa que inclinará la balanza en favor de la continuidad de Madero o por el regreso del calderonismo por la vía de Cordero. Más todo indica que los administradores del partido suman bonos a favor de su ratificación.

Hay otras diputadas aguerridas, como Mariana Dunyaska García Rojas, a quien tesoneramente observamos picar piedra, hasta lograr hacerse oír por una burocracia partidista acostumbrada a los recomendados de sangre azul.

Nombrada hace unos días secretaria de la Comisión de Vigilancia, la veracruzana da cuenta de ese panismo rebelde, de proselitimos de calle, que dará sustento a la candidatura del ex gobernador guanajuatense Juan Manuel Oliva.

En igual dirección destaca la historia de Jorge Sotomayor Chávez, el único panista de los 27 diputados chilangos de mayoría. Porque si en abril era una voz en el desierto, cuando presentó su iniciativa para castigar a los marchistas violentos y encapuchados, este jueves se convirtió en el personaje de los blanquiazules para proponer acciones contra el vandalismo que caracteriza a las manifestaciones. Y es obvio que los maderistas los quieren en su equipo.

Se trata de jóvenes que están dando “la nota” en un partido cuya militancia tiene en promedio 52 años. ¿Casualidad o deliberada estrategia de un Madero que a los 57 años sabe que su ratificación pasa necesariamente por el relevo generacional?

Ya llegará el momento de despejar la duda. Por lo pronto,Calderón tenía razón. Y los panistas no quieren bajarse de su nube: gritan, exigen, reclaman, señalan, denuncian, desde el azul cielo de la oposición.

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