LAS CHOAPAS.- Ocultos entre la maleza, como depredadores esperando a su presa, minutos antes de las 11:00 horas, madre e hijo aguardaban a un costado de la carretera Aviación-Producción; sin importar la intensidad de los rayos del Sol, el joven, de tez morena, delgado, portaba una pistola calibre 45, con la cual estaba dispuesto a quitarle la vida a su víctima.
Minutos después, una joven mujer yacía inerte en el pavimento: un certero disparo que pegó en su cabeza acabó con su existencia.
La joven Jazmín Martínez Pereyra, de 23 años, circulaba a bordo de una motocicleta Italika, color negro con verde, sin imaginar que la estaban esperando. De pronto, el ruido de su motocicleta alertó a los matones que salieron de los matorrales y se atravesaron a mitad de la carretera, al momento se escucharon varias detonaciones que alertaron a los vecinos, pero para entonces una bala calibre 45 ya había impactado en la cabeza de la joven, quien cayó al asfalto dando sus últimos alientos de vida.
Atrás de ella, en otro vehículo de dos ruedas, su hermano, Gustavo Martínez Pereyra, no daba crédito a lo sucedido y frenó bruscamente su marcha; el asesino también le apuntó, pero la recámara del cargador se encontraba vacía.
Luego, madre e hijo se internaron en la maleza y huyeron.
