“Lo necesito, yo lo quiero conmigo”, con llanto desgarrador gritaba una de las hijas de los policías municipales que fallecieron el pasado sábado en el conflicto del penal “La Toma”, en Amatlán de los Reyes, Veracruz.
El dolor de cada integrante de las familias de Elías y Cirilo, retumbó en los pasillos del Palacio Municipal, pues mientras por sus rostros corrían las lágrimas, el sollozo fue incontenible.
Con rostros desencajados, los familiares se mantuvieron de pie bajo los rayos del Sol en la explanada, observando el protocolo que los jefes de sus consanguíneos realizaron con honores, mientras los mensajes de condolencias de los funcionarios fueron brindados a los asistentes, la tristeza invadió el rostro de cada uno de los acompañantes.
Público en general, amigos, empleados municipales e incluso reporteros de diversos medios de comunicación, se unieron al dolor que embargó a cada uno de los integrantes de las familias de Elías y Cirilo, quienes hoy descansan en paz, tras haber desarrollado su labor de forma heroica.
Con pena, los representantes del Gobierno Municipal y Estatal, intentaron por un momento calmar la desesperación de la niña, quien sin fuerzas, gritaba hacia el ataúd de su papá: “Lo necesito”, “yo lo quiero conmigo”, una y otra vez, la menor expresaba su sentir, intentando encontrar una repuesta, mientras su madre la tomaba en sus brazos, sin tener las palabras correctas para tranquilizar a su hija.
Al término de los honores, elementos de la Policía Municipal de Orizaba llevaron en hombros los ataúdes de los hoy finados, mientras que las familias los escoltaban hasta las afueras del edificio histórico, ubicado en el Centro de Pluviosilla.
