Orizaba.- Durante la oración y Vía Crucis que encabezó el obispo Eduardo Cervantes Merino, ayer viernes, los asistentes pidieron por aquellas madres de familia que han perdido a sus hijos y por quienes están desaparecidos, con el fin de que hallen consuelo a su dolor.
Fueron cerca de 800 personas las que, a las 10:00 horas, partieron desde la catedral de San Miguel Arcángel en procesión por la calle Francisco I. Madero, hasta llegar a la Poniente 20 y retornar por la Norte 3 otra vez a la Catedral.
Los fieles católicos pasaron por 15 estaciones que representan un espacio para la meditación, hasta llegar a la reflexión, sobre lo que significa la vida cristiana, lo que Jesús hace para la salvación, lo que relata el Evangelio y después, la oración de petición, de piedad o alabanza.
Al respecto, Cervantes Merino indicó que con esta actividad, Jesús recuerda al hombre que no todo termina con la muerte, por lo que es una tradición que este día se realice una oración y meditación sobre el camino que Jesucristo recorrió.
“Es un acto de piedad que nos identifica como comunidad cristiana y como pueblo de Dios, para reconocer con humildad nuestros pecados y límites para pedir perdón”, señaló.
Durante su mensaje, el Obispo pidió a la feligresía trabajar por la dignidad, defendiendo la vida desde su concepción hasta la muerte natural.
Por su parte, en el marco del inicio de las campañas políticas, monseñor Cervantes Merino destacó que ante las propuestas de los diversos candidatos, la población tendrá que saber discernir para tomar una decisión en base a la calidad, la trayectoria y capacidades del candidato.
“La población debe votar de manera razonada, libre y viendo las propuestas a favor de la vida, del respeto humano y no en favor de ideas fáciles que cultiven el encono”, finalizó.