Córdoba.- Con el Domingo de Ramos inició solemnemente la Semana Santa para la feligresía católica.
La pasión, muerte y resurrección de Jesús traen de la mano un mensaje de consuelo para todos aquellos vulnerados por la violencia, los secuestros, las desapariciones y las ejecuciones que se presentan de forma diaria en la zona Centro.
Desde temprana hora, los diferentes templos de la ciudad lucieron abarrotados por creyentes, quienes se dieron cita para la misa de bendición de los ramos. Desde las cruces más elaboradas, imágenes y hasta pequeñas ramitas de plantas caseras fueron llevadas para su bendición. El padre Domingo Ortiz Medina encabezó la procesión desde el parque Francisco I. Madero a la Catedral de la Inmaculada Concepción. A su arribo al templo, el obispo Eduardo Patiño Leal fue el encargado de recibir a los participantes, quienes ingresaron al templo como lo hiciera Jesús en Jerusalén.
Durante la misa oficiada por Monseñor se recordó a los presentes que esta Semana Santa es un tiempo para fortalecerse en la fe, pues aunque hay quienes cometen actos atroces como quitar la vida a otro ser humano, Cristo es el único con el poder para animarnos y hacernos olvidar de toda la violencia, guerras, tristeza y desolación.
Al recordar que Jesús se hizo discípulo para después convertirse en maestro, nadie debe sentirse menos amado, ya que se debe tener en la mente que él ha venido para tocar el corazón de todos los que sufren. En esta Semana Mayor todos los ciudadanos deben contribuir de alguna forma con la sociedad, al volverse testigos unos de otros, vigilando que se cumpla el mensaje de Jesús.
