Servicios médicos británicos han examinado a 38 personas en Salisbury, Inglaterra, que podrían haber quedado expuestas al agente nervioso de naturaleza militar que envenenó al espía doble ruso Sergei Skripal y su hija, informó el jefe de la policía antiterrorista británica, Neil Basu.
Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, permanecen hospitalizados en estado crítico, mientras que el policía Nick Bailey, que entró en contacto con el agente químico en los primeros momentos de la investigación, continúa grave, aunque su salud está haciendo “progresos”.