Córdoba.- Pese al temor de alguna represalia en su contra, activistas en defensa de los animales de la zona centro del estado denunciaron públicamente diversas irregularidades con la que trabaja actualmente el albergue de la Asociación Civil “Huellitas”.
La cual se ha convertido en “una pantalla” de señoras de sociedad como Rocío Pardo de Arróniz, quienes vociferan una supuesta protección a los animales; sin embargo, los albergan bajo condiciones inhumanas e insalubres, con la única intención de cobrar honorarios por cada mascota “rescatada” de las calles.
Pese a ser la única asociación “protectora de animales” que recibe partida presupuestal por parte del Ayuntamiento, cobra por cada servicio otorgado a mascotas pertenecientes a personas de escasos recursos, pues ven el maltrato animal como un negocio.
Varios son los testimonios, que dan fe del maltrato al que son sometidas las mascotas albergadas en “Huellitas”, con las cuales el patronato lucra para obtener un sinnúmero de donativos, tanto en especie como económicos.
Aun con los donativos que recaudan, más la aportación mensual que reciben del Ayuntamiento, está asociación civil se da el lujo de cobrar por cada servicio que ofrece, incluso cobran por recibir a las mascotas en el albergue.
Los refugios de animales suelen ser un santuario para todo ser vivo, un lugar en el que los animales pueden estar a gusto y protegidos a la espera de una adopción, lo cual no ocurre en “Huellitas”, pues las mascotas viven un verdadero infierno.
La Asociación Civil “Huellitas”, ubicada en la calle 6 y avenida 36, en la entrada del ex ingenio de Toxpan, es un “refugio de animales” cuyos habitantes sobreviven encerrados en condiciones aberrantes. Los perros son dados en adopción sin contrato, sin vacunas y sin realizar seguimiento alguno; los animales viven en chozas o a la intemperie, entre ratas, bolsas de basura, carne podrida y restos de “compañeros” enterrados.
Además, muchos de los perros y gatos tienen un destino fatal: mueren, ya que algunos animales se matan entre ellos, mientras los responsables del “refugio” ocultan estos datos.
Lo único trascendental que ha logrado “Huellitas” a lo largo de su historia ha sido mantener a su responsable, Guillermo Andrade Díaz, dentro de la nómina municipal durante las últimas tres administraciones priistas.
Los animalistas exigen al Ayuntamiento poner orden en el albergue, dando paso a la colaboración de verdaderas asociaciones animalistas preocupadas por el bienestar de las mascotas que viven allí.
La finalidad es que las mascotas dejen de vivir bajo estas condiciones verdaderamente tristes, y que exista en el albergue un censo exacto de la población, expedientes médicos de cada mascota, estricta vacunación antirrábica de la población animal, medidas de bioseguridad para contacto de enfermedades zoonóticas, así como una especie de cuarentena de animales de nuevo ingreso, vacunación y cuidado antirrábico humano (empleados), cortes de caja diarios e inventarios semanales de medicinas y donativos en especie, es decir, un mayor control del lugar.
De la redacciÛn
El Buen Tono