En 2016, la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) dispuso de una bolsa millonaria para otorgar apoyos al campo, pero debido a la falta de un padrón riguroso de los beneficiarios de los programas sociales, buena parte de dichos fondos fueron malversados por irregularidades diversas, como dar recursos a personas ya fallecidas o que no comprobaron haberlos utilizados para su fin original.