COREA DEL SUR.- Estos XXIII JJ.OO. de Invierno, que serán recordados como los Juegos de la Paz por el acercamiento de las dos Coreas, han sido además los mayores hasta la fecha, con la participación de 2 mil 920 deportistas de 92 países que han competido por 102 oros en 15 deportes.
Las dos Coreas volvieron a escenificar ayer domingo su “idilio olímpico” en la ceremonia de clausura de los JJ.OO. de PyeongChang, en los que Noruega dominó el medallero con 39 metales, 14 oros, otras 14 platas y 11 bronces.
La ceremonia aunó simbología e instrumentos musicales tradicionales coreanos con un vanguardista espectáculo de drones que dibujaron siluetas en el cielo, luces LED y proyecciones sobre el escenario, titulado “La próxima ola” y que tuvo en las actuaciones de los conocidos artistas de K-pop, EXO y CL, sus puntos álgidos.
Los atletas de las dos Coreas, que fueron los protagonistas absolutos durante la inauguración al desfilar bajo una misma Bandera, volvieron a marchar juntos aunque en esta ocasión emplearon tanto sus enseñas nacionales como con la unificada.
Los patinadores Lee Seung-hoon y Kim Ju-sik ejercieron como abanderados de los países del Sur y del Norte, respectivamente.
Mientras, en el palco de autoridades volvió a estar presente una delegación norcoreana de alto nivel, junto a la que se sentó el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, e Ivanka, la hija y asesora del presidente de EEUU, Donald Trump.
Como reina de estos Juegos dominados por gélidas temperaturas y fuertes vientos, quedó Noruega, que protagonizó una dura disputa con Alemania. La superpotencia de los deportes de invierno ha conseguido coronarse en el medallero con 39 preseas: 14 de oro, otras 14 de plata y 11 de bronce. Alemania le empató en oros, pero finalmente se hizo con 31 medallas; mientras que Canadá terminó estos Juegos con 29 títulos olímpicos, 11 de ellos de oro.
El espectáculo llegó a su fin con el Estadio Olímpico convertido en una gigantesca pista de baile a ritmo del DJ local Raiden y del icono holandés del EDM Martin Garrix, y bajo un despliegue de fuegos artificiales recibidos con el clamor del público.