La masacre de 17 estudiantes y maestros en la preparatoria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) perpetrada por Nikolas Cruz, de 19 años, con un rifle AR-15, no sólo conmocionó a EU, sino que reavivó el debate sobre la indiscriminada venta de armas en el país.
Con inmediatas movilizaciones de maestros y estudiantes sobrevivientes a la tercera balacera más letal en la historia reciente del país que el FBI, policías locales y Servicios Sociales del estado pudieron evitar, poniendo más atención a más de 20 advertencias sobre declaraciones, comentarios en redes sociales y compra de armas del asesino; y que habría cobrado menos muertes, si cuatro policías armados, comisionados para “proteger” la escuela, hubieran confrontado a Cruz, en lugar de permanecer fuera del colegio, hasta que llegaran más patrullas.