Pascal Beltrán del Río
“Pensar que la locura que vive Venezuela comenzó con un voto contra la corrupción (1998) y no se acabó la corrupción, sino la comida”.
Tiene toda la razón, hace casi 20 años los venezolanos votaron con el hígado, hartos de una clase política ciertamente corrupta, arrogante e inepta.
El problema fue que al abrirle las puertas del poder a un tirano como Hugo Chávez, (léase Peje) colocaron en las riendas del Gobierno a otra mafia, incluso más corrupta, arrogante e inepta que la anterior y para acabarla de amolar, los propios venezolanos fueron cómplices de esta mafia, ayudando o tolerando el autoritarismo de Chávez, que demolió los contrapesos institucionales y despedazó la economía del País.
Hoy Venezuela no tiene libertad y tampoco comida. Su índice de asesinatos es tres veces mayor al de México, su debate público está profundamente polarizado, sus instituciones están destruidas y su Gobierno está en manos de un necio ignorante y profundamente corrupto, Nicolás Maduro.
Y lo peor del caso es que ellos mismos votaron por su desgracia. ¡Que no nos pase lo mismo!
Recordemos que: igual que Maduro, El Peje no tiene preparación (nótese su apatía a participar en debates y su poca capacidad de tolerar a quien no piensa igual que él), dijo textualmente: “Al diablo con las instituciones”, lo mismo que piensa Maduro al hacer suyas literalmente las instituciones, incluso queriendo refundar el País con otra Constitución (haciéndola a su modo).
Es muy serio eso. Aún podemos estar de acuerdo o no con lo anterior, pero en Venezuela esto ya no es posible. Si lo crees conveniente, comparte este texto; yo no quiero ver a México en el espejo de estos países que han caído en manos de la izquierda latinoamericana.
Por esto, que en México, es una condición EXACTA a la vivida por los venezolanos, es IMPERATIVO “informar en forma efectiva” a todos sus colaboradores, desde el de limpieza hasta los niveles administrativos… poner nuestro grano de arena informando y creando una conciencia ciudadana de verdad y no permitir que “los engaños populistas” convenzan a la clase trabajadora con las mismas mentiras y falsas promesas DE SIEMPRE.
Busquemos o PREPAREMOS gente honorable que ofrezca pláticas a este grueso de la población, son quienes dan o quitan el poder a estos gobiernos inservibles que hemos permitido que lleguen al poder.
Sé que México necesita ayuda (de sus ciudadanos), pero El Peje no es la opción.