Orizaba.- A pesar de recibir el apoyo económico para el tratamiento del cáncer que padecen sus hijos, algunos padres de familia de la zona Centro desertan, debido al desaliento que les provoca la falta de mejora en los niños por lo avanzado de la enfermedad.
Agrupaciones como la Asociación Orizaba Propone, Asociación Civil (Aopac) que apadrina a menores con cáncer del Hospital Regional de Río Blanco, para el pago de su tratamiento y traslado desde su lugar de origen, son un ejemplo de las organizaciones que subsidian los casos, sin embargo, no es la falta de dinero lo que orilla a los padres a abandonar el tratamiento, sino el sentimiento de que su hijo sufre más cada vez que recibe la terapia.
A pesar de que algunos padres, debido a la lejanía de sus comunidades o municipios dejan de asistir a las terapias, las retoman en determinado momento, por lo que son los menos quienes abandonan el tratamiento.
Tan sólo en 2017, dos menores que eran atendidos en el mencionado nosocomio han fallecido a causa del mal que padecían, mientras que sólo uno desertó.
El tratamiento que se le otorga a un niño con cáncer varía, ya que depende del tipo de linfoma o tumor que le sea detectado y va desde radioterapia, quimioterapia, cirugía, constantes transfusiones de sangre y en casos especiales el trasplante de médula ósea, así como atención psicológica, entre los principales.
Los efectos secundarios que provoca el tratamiento del cáncer van desde la caída del cabello, llagas bucales, náuseas y vómito, sin embargo, estos deben ser controlados por el médico tratante.
El Hospital Regional de Río Blanco atiende a un universo de 56 municipios de la región central de Veracruz y de estados como Oaxaca y Puebla, en los cuales en el área de Oncología Pediátrica existen cerca de 170 niños, de los cero a 16 años, entre activos y de vigilancia, que fueron diagnosticados con leucemia o tumores sólidos.