NADA ESTÁ CONSUMADO
Los que se confabularon para tratar de desmantelar la educación pública y cancelar prestaciones laborales a casi dos millones de maestros –un millón 800 mil según los datos oficiales de aquellos que laboran para instituciones públicas- finalmente cumplieron con su último mordisco: ayer, el copetón Enrique Peña Nieto ordenó la promulgación en el Diario Oficial de la Federación, las leyes del Servicio Profesional Docente y del Instituto Nacional de Evaluación Educativa así como los cambios en la Ley General de Educación, es decir, todo lo que comprende la llamada reforma educativa.
Y lo hizo en un acto público en Los Pinos –hay que recordar que no puede llegar a Palacio Nacional por el riesgo de que lo linchen los maestros que están en protesta- y de la mano de sus compinches, los líderes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), esos que hoy se hacen llamar “pactistas”, que negocian a espaldas del pueblo. Lo cambios en el rubro educativo son la primera tarascada contra las mayorías que se desprende del llamado Pacto por México y el antecedente para lo que se viene con las reformas hacendaria y energética. Sin embargo, pese a la promulgación de las leyes en materia educativa el asunto no está consumado.
Los araneros juegan con fuego pues cada día son más numerosos los contingentes de maestros en las calles y plazas públicas. No cesan las marchas de protesta, los bloqueos de oficinas públicas, la interrupción del tráfico en vialidades y la “liberación” de casetas de peaje en autopistas. Para este miércoles está convocada una gran movilización en todo el país, algo que podría devenir en huelga general, lo que, de cumplirse, pondrá a temblar a la clase política y gobernante. Peña Nieto y sus cómplices le apuestan a que con la publicación de las leyes en el Diario Oficial de la Federación se cierre el asunto pero no les alcanza la tela.
Están recurriendo al mismo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) o mejor dicho a sus líderes charros para una especie de contra-insurgencia magisterial que calme las aguas y haga regresar a los docentes a los salones de clase. Son palos de ciego pues tanto en Veracruz como a nivel nacional crece el repudio hacia los líderes seccionales y la dirigencia nacional del SNTE que no sólo se han enriquecido de los cargos sino cuando se presentan situaciones en las que deben defender a sus agremiados simplemente devienen en “paleros” de las autoridades. A la par, diversos personajes han salido a los medios de comunicación para tratar de desalentar las movilizaciones magisteriales alegando que una vez promulgadas la leyes ya no hay nada que hacer.
Nada más falso, ahora es cuando se tiene que probar la fuerza del magisterio auténtico que hará obligar a los gobernantes y legisladores a dar marcha atrás. Toda ley injusta es reversible, para eso está el Poder Legislativo. La alharaca de que ya no hay nada que hacer sólo agacharse y aceptar la voluntad de un grupo de pillos es falacia. También hay quienes llaman a los extremos, cortos de mira y más cortos de decencia, como la hija de la diputada veracruzana, Verónica Carreón que calificó de “revoltosos, huevones y lame-huevos” a los maestros que están en insurgencia, y qué decir de la ex diputada priista por Veracruz, Nelly Miranda y su asesora Daniela Tello que invocan a la matanza de 1968 para pacificar las protestas de los maestros.
La asesora Tello difundió en su cuenta de Twitter que “estaría muy bien que se repitiera la masacre del 68 en Tlatelolco pero ahora con los maestros que tanto han afectado a la sociedad” y su jefa, Miranda la secundó rogando porque eso sucediera y todo sería culpa de Andrés Manuel López Obrador. Par de ignorantes y zalameras. Son campañas de odio contra que se suman a las andanadas en las televisoras, radiodifusoras y la prensa escrita gobiernista. Las mismas aumentarán porque se clama por la represión para alejar a quienes cuestionan al Gobierno pero los maestros siguen en insurgencia, es la opción frente al atraco. De los educadores y de todos los ciudadanos –alumnos, padres de familia, activistas y demás.- depende darle una lección a estos pillos, detenerlos y como ya se dijo, nada está consumado.
En Veracruz pese a que el gobernante en turno sigue desayunando y tomándose la fotografía con los líderes charros de los sindicatos, la estrategia no ha funcionado pues esos dirigentes están rebasados y cuestionados por las bases gremiales. En horas recientes también se reunió con la presidenta de la Asociación Estatal de Padres de Familia, Rita María Guerra Noriega, quien inmediatamente salió a exigir que los maestros regresen a dar clases. Más tardó la señora en abrir la boca que en ser desconocida por los mismos padres de familia. Es más, en las redes sociales difundieron que Guerra Noriega tiene una plaza de maestra que cobra sin ejercer desde hace años y que al frente de esa organización el último año recibió 600 mil pesos del Gobierno estatal, los cuales nadie sabe a dónde fueron a parar.
Con tales apoyos era evidente que la señora siga el guión marcado al pie de la letra de sus financiadores. Asimismo, otros que quedaron en evidencia por su insulsez e ineficacia son los integrantes del congreso local a quienes el gobernante les encomendó dialogar con los maestros como una opción para desatenderse del caso. Simplemente fue la inercia de la vacilada –la ocurrencia para salir del apuro- eso de enviar a los maestros con los diputados a “dialogar”. Ni fueron convocados los docentes ni llegaron por voluntad propia ni se realizó el encuentro programado para ayer martes. Era obvio. ¿Quién pueden esperar algo de individuos como Flavino Ríos Alvarado, a Eduardo Andrade, a Danilo Alvízar, a Gustavo Moreno o a Rogelio Franco? Nada. Cualquiera que confíe en estos personajes saldrá defraudado o algo peor, trasquilado.
DESFALCO POR 1,800 MDP
Por cierto, en temas de la aldea, algo le ocurre al gobernante veracruzano porque según sus allegados ha entrado en una especie de depresión – ¿será que por eso dejó de rasurarse?-. Imposibilitado para entrar en Palacio de Gobierno y sin poder de encabezar actos abiertos ante el riesgo de ser abucheado por los maestros, permanece encerrado desde hace días en la llamada Casa Veracruz. Se niega a recibir la mayoría de audiencias y la única que tiene acceso a él sin hacer antesala es la vocera María Gina Domínguez, quien, por supuesto, llega a calentarle la oreja con el reporte de lo que sucede en la entidad. Claro, a su conveniencia pues no mueve un sólo dedo para recomponer la situación, ni siquiera la mediática que a cada rato le provoca escándalos nacionales e internacionales.
Algunos pudieran decir que el derecho de picaporte de la calamitosa vocera es muestra de su poderío pero no todo lo que se percibe es dulzura pues la funcionaria también tiene un frente de guerra abierto y muy peligroso. Los bien enterados afirman que María Gina Domínguez sólo se acerca a Casa Veracruz cuando la esposa del gobernante, no se encuentra en la misma pues ésta no la puede ver. El enojo y distanciamiento de la presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) con la vocera se dio a raíz de que fue engañada sobre el caso de la joven estudiante de la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora, Esmeralda Rodríguez González.
Un portal informativo allegado a la vocera estatal difundió la falsa noticia de que Rodríguez González había despreciado una invitación de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) del gobierno estadunidense y prefirió contraer matrimonio. La primera dama retomó la información en una columna que publica bajo el nombre, precisamente, de “Casa Veracruz” luego de consultar a la vocera sobre la veracidad de la información. Por no investigar el dato o tal vez por respaldar al portal electrónico que lo difundió, Domínguez Colío embarcó a la esposa del gobernante en una pifia pues avaló los datos que resultaron falsos.
Así, la esposa del gobernador le dedicó su escrito del 27 de junio lamentando la decisión de la estudiante de dejar pasar la oportunidad de laborar para la agencia estadunidense, y quedó en ridículo pues Esmeralda Rodríguez desmintió al día siguiente haber rechazado la invitación de la NASA y relató fue la falta de apoyo del gobierno estatal para sufragar los gastos de traslado, lo que la detenía para viajar a los Estados Unidos. Y fue doble exhibida, por un lado la pifia columnística y por el otro, el mostrar la desidia gubernamental para respaldar a estudiantes brillantes. Desde entonces la esposa del gobernante no puede ver ni en pintura la errática vocera y ésta tiene que entrar a hurtadillas a Casa Veracruz cada vez que se ausenta.
Pero algo es muy cierto, nadie debe restarle capacidad a la portavoz duartista para convertir a sus patronas en sus enemigas. Ya ocurrió, y terminaron muy mal, con la señora Rosa Borunda, esposa del ex gobernante estatal y ahora todavía no se llega a la mitad del sexenio y ya se peleó con la actual primera dama. Ya ni se diga de lo sucedido más atrás cuando tuvo que salir huyendo de Quintana Roo. Cero y van dos…o van tres. Y para completar el asunto, hay una versión que se mastica en los pasillos de Palacio de Gobierno y en los de Casa Veracruz, que habla de la presión de la presidenta estatal del DIF para que no le perdonen un presunto desfalco detectado en la Coordinación General de Comunicación Social.
De acuerdo a los que han visto el reporte, éste es superior a los mil 800 millones de pesos y aparentemente Duarte de Ochoa ha detenido el escándalo y a respaldado a María Gina Domínguez pero hay otros que están dispuestos a crucificarla, entre ellos la primera dama. También trascendió que el elaborar el reporte de ese supuesto desfalco financiero fue el motivo de la guerra mediática hacia el contralor Iván López Fernández, que lo quieren echar del gabinete estatal aunque la decisión se ha retrasado porque el funcionario ha amagado con hacer público el desfalco de la vocera duartista. Es la guerra entre villanos, pues.