Orizaba.- Exigen justicia y no carpetazo final en el caso de Ernestina Ascencio Rosario, luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decidiera admitir la denuncia en contra del Estado mexicano para examinar lo ocurrido, a la luz de sus obligaciones en materia del derecho de las mujeres, indicó el integrante del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli, Jairo Guarneros Sosa.
A 11 años de que militares del Ejército Mexicano fueron acusados de violación y asesinato de una mujer indígena, adulta mayor en situación de pobreza y que hasta la fecha no se haya podido determinar su culpabilidad; el líder social lo consideró como necesario, “porque para todos en esta región nos quedó claro que este asunto no fue debido a un accidente y mucho menos; fue un acto premeditado de parte del Ejército”.
El Centro de Servicios Municipales “Heriberto Jara” (Cesem), la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (Croisz) y Abogados para la Justicia y los Derechos Humanos, AC (AJDH) los que llevaron el caso ante la Comisión Interamericana.
“Yo reclamaría que haya justicia, a mí me parece que probablemente no sea lo que estamos esperando, pero sí que sea un precedente necesario por el agravio que se cometió en contra de ella y la familia, vemos con buenos ojos que se acepte revisar este caso y ojalá la Comisión Interamericana no ceda a las presiones para darle carpetazo final, sino que realmente se haga justicia”, insistió.
Reiteró que desde el principio se observó cierto interés por parte del Estado para ocultar lo que realmente pasó y deslindar la responsabilidad que en su momento tenía el Ejército, “porque desde el inicio quedó muy claro lo que había sucedido”.
Con ello, recordó las declaraciones que en su oportunidad el Ejército manifestaba como prueba de los hechos para deslindar responsabilidades, “señalaban que no era posible que hubiera abuso sexual porque los militares recién se integraban de su domicilio y a mí me parece sumamente lamentable ese tipo de declaraciones, el abuso sexual no es por una cuestión de satisfacción, es de poder”.
