Andrés Timoteo
Columnista
LA VENTA DE GARAJE
En el último par de años, el PRI perdió dos fuentes de financiamiento “legal”, pues fue sacado del Gobierno Estatal y de la mayoría de las administraciones municipales. Por tal motivo, los priistas ya no tendrán acceso al presupuesto del Estado ni al de los municipios para costear sus gastos de campaña –entiéndase: Comprar votos, movilizar gente y pagar a los “mapaches” hacedores del fraude-.
Desde el pasado primero de enero, el tricolor apenas si gobierna 40 alcaldías y de ellas, a excepción de Orizaba, la mayoría son comunas asentadas en zonas rurales, es decir, que tiene un presupuesto muy restringido. Los ayuntamientos más importantes que gobernaba, como Xalapa, el Puerto de Veracruz, Poza Rica, Coatzacoalcos, Tuxpan y Minatitlán, pasaron a la oposición, sea de PAN, PRD o Morena.
Sin acceso a dinero público a nivel Local, al priismo veracruzano sólo le queda esperar la llegada de las prerrogativas partidistas y electorales desde el altiplano o recurrir al financiamiento netamente ilegal –principalmente del crimen organizado-, algo que hace desde hace tiempo, pero que ahora se intensificará con más razón. Pues bien, con este panorama de estrechez financiera, una fuente consultada en la cúpula priista asegura que la selección de candidatos al Senado y a las diputaciones locales y federales se basó en una lógica monetaria más que política o ideológica.
Las candidaturas literalmente fueron “vendidas” a quienes estén en condiciones de pagar sus propias campañas, ya que el Partido no tiene dinero para asumir la inversión que exige un Distrito o el Estado entero, en el caso de las senadurías. De esta forma, los que resultaron seleccionados como candidatos no lo fueron porque sean opciones atractivas para los ciudadanos ni garantes del acopio de votos, sino porque tienen el dinero suficiente –la mayoría acumulado tras el paso de encargos públicos durante la fidelidad y el duartismo- para cubrir los costos de sus campañas electorales.
Aquellos que tuvieron fondos suficientes para comprar las candidaturas, si llegan a ganar también tendrán el derecho de hacer negocio al amparo del cargo de elección popular para recuperar lo invertido y más. Así se explica el retorno de personajes impresentables o de escaso potencial electoral, pero con harto dinero: Juan Nicolás Callejas Roldán y María del Carmen Pinete en el Senado, por ejemplo, y cuyos gastos serán costeados por el SNTE, la riqueza personal de los Callejas y el financiamiento de exfuncionarios de la fidelidad.
También “brilla” como un “farol” monetario la candidatura de Juan Lavín en Córdoba, pues la fortuna que acumuló a su paso por la Alcaldía –la leyenda urbana habla de más de 100 millones de pesos saqueados- ahora le sirvió para “comprarse” la candidatura-, sin considerar con la cartera de su suegro, Domingo Muguira. A su vez, la organización de choque, Antorcha Campesina fue la que más dinero tuvo para hacerse de la candidatura a la Diputación Local con Janeth García, diputada plurinominal que ahora va por la reelección por la vía uninominal.
La exregidora Fabiola Balmori obtuvo la concesión en el Distrito Veracruz Urbano, pues será financiada por la familia Gudiño, la cual se hizo multimillonaria bajo la protección del innombrable. En el Puerto de Veracruz también será candidata a la Diputación Federal la socialite Belem Palmeros Exhome, pues su acaudalada familia asumirá la inversión. Los Exhome y los Gudiño se dieron el lujo de pagar candidaturas, aunque difícilmente verán a las beneficiadas sentarse en la curul.
En tanto, Raúl Zarrabal, acusado en su momento de haberse robado casi 200 millones de pesos en la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz, costeará su campaña en el Distrito de Boca del Río. Lo mismo Pedro Montalvo Gómez, alcalde con licencia de Omealca y exdirector de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), la cual fue saqueada en su gestión, por lo que parte del botín lo invertirá en el Distrito de Zongolica.
En Huatusco, la mejor postora fue la exalcaldesa de Soledad de Doblado, Martha Utrera, quien a pesar de su mala fama por desvalijar el Ayuntamiento y que a su familia –apodada “Los Gatachacas”– la liga a grupos fuera de la Ley, le permitieron invertir en una Diputación Federal. El Distrito de Xalapa Rural se concesionó a la exalcaldesa de Vega de Alatorre, Marilda Rodríguez y no pregunten de dónde fluirán los recursos financieros para costear la campaña, porque la respuesta asusta a cualquiera.
Resumiendo, la distribución de candidaturas en el PRI fue una “venta de garaje” –se ofrecen los artículos olvidados en el fondo de los armarios o los que se consideran cacharros estorbosos-, pero con subasta incluida y el que pudo pagar por la nominación buscará hacerla redituable y recuperar su inversión. De esta forma, los que logren llegar a San Lázaro o a la calle Encanto de Xalapa serán representantes de sus propios intereses, no del pueblo.
“LER”, “VOLVIDO” Y “RESOLVIDO”
Por cierto, siempre se ha comparado al PRI con un “dinosaurio”, pero dadas las circunstancias de quienes ocupan el poder oficial habrá que sustituir al animal prehistórico por uno más actualizado: el burro –con una disculpa anticipada para los borricos de cuatro patas-, pues tanto el despachante de Los Pinos como sus hombres más cercanos, entre ellos el que quiere dejar como sucesor, son ejemplos de analfabetas funcionales.
El analfabeta funcional es aquel individuo que, en teoría, sabe leer y escribir, pero que no lee ni escribe. De Enrique Peña Nieto todos saben de su repulsa a la lectura, su escasísima cultura general y sus taras para generar ideas cuando no tiene enfrente a un teleprónter, que es una pantalla electrónica donde va leyendo lo que debe decir frente a las cámaras de televisión. Ya no se diga los ridículos a la hora de usar un lenguaje extranjero.
Peña Nieto ha desdorado la imagen tradicional del priista marrullero que sabía hacer de la retórica un instrumento para simular sus deficiencias. Ha llegado al grado de no poder pronunciar una palabra ni en inglés ni en español, confundir lugares y hasta degradar verbos. El “volvido” que pronunció en diciembre ante la Asamblea de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en París, Francia, fue una “perla negra”.
Pero tal es la cabeza como tal son los pies. Antes, su secretario de Educación, Aurelio Nuño, durante una Feria del Libro Infantil –el colmo de los colmos-, fue corregido por un niño porque pronunciaba “ler” en lugar de “leer”. A la vista de especialistas en el manejo de lenguaje eso es una muletilla de los perezosos mentales y pobres de léxico. Los “niños bien” que desprecian la cultura básica porque en su “mundillo” no les sirve. Ese es quien durante cinco años fue el responsable de la formación académica de los mexicanos.
Afortunadamente, ya no está en la SEP, fue sustituido en diciembre pasado por el exgobernador de Aguascalientes, Otto Granados Roldán, ese sí un “dinosaurio” y no un “burro”, pese a todo el historial “negro” que arrastra. Nuño se fue a hacer la “yunta” –porque se habla de bueyes, en el sentido figurado- con quien era secretario de Hacienda del Gabinete peñista y ahora es precandidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade.
Pese a ser un Itamista de alcurnia –o sea egresado del elitista Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)- y presumir un Doctorado en la Universidad de Yale, Estados Unidos, Meade es un orejón con traje Armani. La semana pasada, durante un mitin realizado en Hidalgo, el priista afirmó, micrófono en mano y ¡ante maestros!: “esos seis retos los hemos ‘resolvido’ de manera adecuada”. Además, tuvo la osadía de presumir que era aficionado a la lectura, lo que es una gran mentira, pues quien lee se instruye y si Meade leyera en verdad jamás hubiera dicho “resolvido” en lugar de “resuelto”.
Después, el priista quiso darle la vuelta a la pifia difundiendo un video en el cual aparece redactando una plana, como escolar, con la frase “se dice resuelto, no resolvido”, lo que en lugar de ayudar le perjudica. ¿Quién quiere a un Presidente que a estas alturas de su vida tenga que hacer planas de Primaria para corregir su vocabulario? La broma no funcionó, dio más pena que gracia.
Pero no hay que pasar de largo esas expresiones, sobre todo ahora que habrá que elegir al próximo dirigente de la Nación. Lo de Peña Nieto, Nuño y Meade no son equívocos, sino una forma de vida. Hay un libro muy interesante del psicólogo y lingüista norteamericano Matthew Budd sobre el manejo del lenguaje, “You are what you say” (Eres lo que dices) que ha servido durante casi 20 años de soporte para programas de entrenamiento personal y en buena parte, en proyectos de imagen pública individual o institucional.
En una parte se expone -palabras más, palabras menos- que el individuo en su estado puro saca por la boca la esencia de su ser. Entonces, lo que dice Meade es lo que es. ¿Puede cambiar?, sí, por supuesto, con entrenamiento y alfabetización, pero ya es tarde para él, porque en cinco meses son las elecciones y los mexicanos no se pueden dar el lujo se sentar en la silla presidencial a otro jumento –con todo el respeto para los de cuatro patas-.
CARNAVAL MOJIGATO
Ni alcohol ni relajo ni burla política ni catarsis y si se descuidan ¡sin sexo! No hay duda que el Carnaval de Veracruz, que inicia mañana martes, si bien no es el más alegre del mundo, como reza el eslogan, sí tendrá una particularidad que lo hará único en el orbe: Será la fiesta de la carne y el relajo más persignado del mundo. Por disposición de monseñor Luis Antonio Pérez Fraga, el organizador, y del frailecillo, Fernando Yunes, el alcalde, están prohibidas las chelas, las hieleras, las botellas de aguardiente, la barahúnda de los desmadrosos y la mordacidad política.
Nadie quemará a Javier Duarte ni a Karime Macías ni al innombrable en la ceremonia del Juicio al Mal Humor. Tampoco se permitirá que los jarochos se burlen de los políticos en los desfiles sobre el bulevar costero. Todo aquel que infrinja estos mandamientos divinos se le impondrá como penitencia 10 Padrenuestros, quince Avemarías y comulgar cada domingo. Vaya, sólo falta que al cura Pérez Fraga –a la vejez, viruelas- se le ocurra prohibir el sexo y transformar las comparsas en procesiones para adorar a la Santa Rodilla Ensangrentada de Cristo Nazareno. Además, en lugar del Bando de Juan Pueblo se rezará el Santo Rosario en la Plaza de Armas. Ahora sí, Veracruz tiene al Carnaval más mojigato del mundo.