Berlín.- Rochus Misch, guardaespaldas, mensajero y telefonista de Hitler, murió a los 96 años en Berlín, y con él desaparece la última persona que fue testigo del suicidio del dictador y de su esposa, Eva Braun, en su búnker de la capital alemana.
En los últimos años la comunicación con él era difícil debido a su avanzada edad, pero en 2009 aún concedió una entrevista a la revista alemana “P.M History”, en la que ratificada su fidelidad al “Fürher” como soldado, aunque condenaba los “terribles y crueles” crímenes contra la humanidad del nazismo.
Misch, miembro del personal destinado al servicio de Hitler en la década de 1940, recordaba ya con lagunas la escena que vivió el 30 de abril de 1945.
Hitler “tenía la cabeza sobre la mesa, mientras Eva la tenía ladeada. Ya no recuerdo bien, ¿estaba sentado en el sofá o en un sillón al lado? Pero sigo viendo a Eva, con las rodillas encogidas hasta el pecho”, decía.
Días antes, el 22 de abril, el dictador nazi había anunciado al personal que le acompañaba que la guerra estaba perdida, les comunicó su decisión de permanecer en Berlín y les dio permiso para abandonar el edificio, pero Misch se quedó hasta el final.
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