Para un hombre que dice que primero van los pobres, tirar mil 400 millones de pesos a la basura por guardar las boletas de 2006 es válido.
Las necedades cuestan. En el caso del resguardo de las boletas electorales de los comicios de 2006, una sola necedad costó mil cuatrocientos millones de pesos, aproximadamente.
Ciento treinta millones de pesos en traslado de papeletas entre las 32 bodegas estatales, y la nacional y tan sólo hasta noviembre del año pasado ya se reportaban costos por mil 137 millones de pesos para pagos al Ejército, que fue el encargado de resguardar las boletas de la elección en la que Felipe Calderón venció a Andrés Manuel López Obrador por 243 mil 934 votos.
Diferencia que Andrés Manuel López Obrador nunca supo reconocer y que lo llevó a llamar a Calderón “presidente espurio” a lo largo de su sexenio y a autodenominarse él “presidente legítimo”.
Por ello pidieron él y su entonces partido, el PRD, que no se destruyeran las boletas electorales que, argumentaban, serían la prueba del fraude. Petición que, al haberse agotado las instancias nacionales en demanda del acceso a las boletas, se recurrió a organismos internacionales. Cuando éstos confirmaron la negativa al acceso con el argumento de que las boletas no son documentos públicos, concluyó el proceso.
Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU confirmaron esta negativa a AMLO y sus seguidores.
La última decisión ocurrió el 18 de julio de 2013, que dio paso al visto bueno unánime del IFE, de esta semana, por destruir toda esta papelería.
La necedad de mantener estas boletas nos costó un dineral a los mexicanos. Desde ahora y hasta octubre se destruirá esta papelería que bien pudo haberse eliminado unos meses después de la elección.
La papelería, las boletas de la elección de 2012 ya fueron destruidas en noviembre del año pasado, pero seguimos conservando las de la elección de 2006… siete años después.
Y si por AMLO fuera, esta montaña de dinero tirado a la basura tendría que replicarse. Cuando se aprobó la destrucción de las boletas de 2012, el candidato de la izquierda afirmó que los consejeros del IFE y los magistrados del TEPJF recibieron órdenes para aprobar la quema de la boletas de la elección de 2012 “porque están bien maiceados”.
Palabras textuales.
Para un hombre que aboga por la honestidad valiente y que dice que primero van los pobres, tirar mil 400 millones de pesos a la basura sí es válido.
Mil 400 millones de pesos que pudieron haberse invertido en infraestructura para sus paisanos en Tabasco, por ejemplo. O en tantas otras formas de combatir la pobreza.
Aún cuando AMLO bien sabe que si quiere tener acceso a cómo votamos los mexicanos, en 2006, 2012 o en cualquier otra elección, lo único que tiene que hacer es consultar la página del IFE, que ya tiene un registro histórico de los resultados electorales desde 1990 a 2012.
Y dejar atrás las necedades, que tanto nos cuestan a los mexicanos que sí pagamos impuestos y vivimos de un salario ajeno al presupuesto público.
@AnaPOrdorica