México, D.F.- “El de los lentes está guapo, míralo”, dijo una de las maestras que llegaba en ese momento al cerco humano, junto con sus compañeras provenientes de Tuxtepec, Oaxaca. Sheila, animada por sus colegas, traspasó las cuatro o cinco líneas de maestros que hacían la valla humana, paralela a la de los policías granaderos. Posteriormente, sacó su celular y empezó a tomarle fotos al policía. Sonrojada y entre carcajadas, la profesora se acercó al uniformado, le dijo algo brevemente y posaron para las cámaras. Antes, Sheila había comentado que se mantendría atrás de las cámaras para evitar que desde su tierra sus tres hijos y su esposo la reconocieran por la televisión.