Los profesores dicen muchas mentiras; como esa de que el gobierno mexicano recibe órdenes del Banco Mundial y de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en sus políticas sobre educación. Hace poco estuvo en Oaxaca el reconocido especialista en educación Gilberto Guevara Niebla (conferencia donde brillaron por su ausencia los maestros). El experto, respondió a un escucha que planteó ese punto: “eso es mentira. Yo he estado ahí, y no es cierto”, dijo.
Una de las últimas es que, con la reforma energética “se dejarán de tener apoyos como el Procampo para los campesinos del país, eliminar el derecho a la salud, a la vivienda, a calzado, útiles escolares, uniformes y todos los demás derechos que nos otorga la Constitución a los mexicanos” (Comunicado de la sección XVIII. 19 de Agosto de 2013).
Recuerdan a los gobiernos de derecha de hace medio siglo que difundían que los comunistas se comían a los niños.
La mentira más difundida es la de que “el gobierno quiere privatizar la educación”. Cuando se les pregunta que dónde dice eso, responden: “pues no lo van a poner en un papel”.
Entonces, ¿cómo lo saben ellos? Nadie es capaz de responder. Lo malo es que, como muchas mentiras repetidas sin cesar, muchos ya lo creen. En realidad la educación en Oaxaca ya está privatizada, pero a favor de la sección 22, que es la que dicta casi todo en el estado en materia educativa. En el documento de la reforma que los trae locos no dice por ninguna parte nada de “privatización”.
Para ilustrar la falacia sobre la educación que manejan los maestros, cito a Irving Copi:
ARGUMENTUM AD IGNORANTIAM (ARGUMENTO POR LA IGNORANCIA)
“Podemos ilustrar la falacia del argumentum ad ignorantiam con el razonamiento de que debe de haber fantasmas porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay.
“Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha demostrado su verdad.
“Ahora bien, es evidente que nuestra incapacidad para demostrar o refutar una proposición no basta para establecer su verdad o su falsedad. Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en temas relativos a los fenómenos psíquicos, la telepatía, etcétera, donde no hay pruebas claras en pro o en contra.
“Es curioso que haya una cantidad de personas instruidas propensas a caer en esta falacia, como lo testimonian los muchos estudiantes de ciencias que afirman la falsedad de las afirmaciones espiritualistas y telepáticas simplemente sobre la base de que su verdad no ha sido establecida”.
LO QUE NO TRAE LA REFORMA
Por ejemplo, en el punto “V” “El contenido de la reforma” de los prolegómenos “El servicio profesional docente”, sintetizamos:
“[…] ofrecer una educación de calidad requiere que el acceso de los maestros al sistema público y su promoción y permanencia se realicen a través de procedimientos idóneos […].
“[…] se propone modificar el artículo 3o., para establecer […] las bases de creación de un servicio profesional docente que esté integrado por concursos de ingreso para los docentes y para la promoción a cargos con funciones de dirección y de supervisión […].
“El diseño del sistema de reconocimiento para docentes en servicio debe […] además de abarcar diversas dimensiones de motivación para el propio docente; deben considerar incentivos económicos y otros que muestren el aprecio social a los maestros, así como ofrecer mecanismos de retroalimentación y acceso al desarrollo profesional.”
Nos parece improbable que la mayoría de profesores oaxaqueños haya leído el texto completo de la iniciativa. En sus plantones, que cada año asestan a la ciudadanía oaxaqueña, lo que más compran en los puestos de periódicos, son revistas de entretenimiento y de chismes de la farándula. Los encargados de las librerías locales coinciden en señalar que no aumentan las ventas durante los plantones; “es más, disminuyen”, afirmaron. Por esa razón la famosa Librería de Cristal, cerró sus puertas a tres cuadras del zócalo y se fue de Oaxaca.
PROTESTA LA CNTE SIN FUNDAMENTO
No hay nada en la reforma que diga que se vaya a eliminar la gratuidad.
Se reforman los artículos 3o., fracciones III, VII y VIII, y 73, fracción XXV; y se adiciona la fracción IX al artículo 3o., para quedar como sigue:
III. […] Adicionalmente, el ingreso al servicio docente y la promoción a cargos con funciones de dirección o de supervisión en la educación básica y media superior que imparta el Estado, se llevarán a cabo mediante concursos de oposición que garanticen la idoneidad de los conocimientos y capacidades que correspondan [:::]. La Ley reglamentaria de este artículo fijará los términos para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio. Serán nulos todos los ingresos y promociones que no sean otorgados conforme a la ley”.
La fracción IV, que establece que “Toda la educación que imparta el Estado será gratuita”, NO se modifica.
Por supuesto, los maestros incompetentes no quieren ni que los evalúen ni que los pongan a concursar para obtener las plazas; es más cómodo obtenerla automáticamente.
No quieren la evaluación obligatoria y periódica, pues sus líderes prefieren la lealtad de los maestros como masa y no les importa la calidad.
En el punto IX, se señala “El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación será un organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Corresponderá al Instituto evaluar el desempeño y resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior”.
Esto tampoco lo quieren. Exigen que ellos mismos se evalúen. Quiere decir, así como salen de las Normales, donde ningún profesor se atreve a reprobar a los futuros docentes, que será imposible que entre ellos se reprueben, si así lo merecen, claro.
No obstante tantas bondades, al profesor que no pase una evaluación tendrá una segunda oportunidad y si no… otra más (como con “Chabelo”); y si tampoco puede ¡no lo corren!: se le ubicará en tareas administrativas.
Incluso mejoran lo que les daba la CNTE. Los que ganen la plaza, obtendrán la base a los seis meses y no en dos años como es promedio hasta ahora.
La reforma no habla de privatización; si alguien interpreta, entonces sería “desprivatización”, es decir, que la educación regrese a las manos del gobierno, donde debió haber estado siempre. Pero en Oaxaca, desde Heladio Ramírez, todos los gobernadores han sido rehenes y han entregado todo a la Sección 22, cuyos líderes deciden cómo entregar las plazas, quiénes serán los maestros que se convertirán en funcionarios del IEEPO (mandan en el 90 por ciento del instituto) y hasta qué Secretario de gobierno quieren que les ponga el gobernador.
Malhecha y todo, la reforma propone capacitación y evaluación. Ese es el terror de la mayoría de profesores incompetentes que defraudan a los niños y a la sociedad en general. Están en contra de la evaluación pero no dicen nada sobre la calidad educativa.
El miedo es que los pondrán a estudiar y a trabajar. Pareciera que se saben incapaces de mejorar y creen que pueden perder el lugar en donde, para toda la vida, cobrarán más que cualquier trabajador del mundo. Si no trabajan, no devengan el salario, no adquirieren el derecho a percibir una retribución.
Con la reforma, las plazas privatizadas por el sindicato, ya no la podrán vender o regalar, esas serían pérdidas millonarias para sus líderes. Tampoco podrán echar mano de las cuotas escolares, que con la cancelación de las ganancias de las “Cooperativas escolares” en donde se engordaba a los niños vendiéndoles “comida chatarra” (gran colaboración para mantener al país en el deshonroso primer lugar mundial en obesidad infantil), perderán ingresos y es seguro que los maestros lo lamentan.
LO QUE NO LOGRAN EXPLICAR
Los maestros de Oaxaca aducen que los niveles tan miserablemente bajos que tiene el estado en educación, están así porque los niños son pobres, porque no comen bien, y por decenas de peregrinas razones. Ellos proponen una educación distinta, de segunda, para los niños y niñas de zonas pobres.
Si las cosas fueran de otra manera, si hoy tuviésemos maestros competentes, en 33 años Oaxaca saldría del rezago educativo.
Eso es lo que dice el Informe de Progreso Educativo (IPE), elaborado por el Instituto de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey. El Tec evaluó los rubros de “Calidad”, “Cobertura” y “Logro” y ubicó a los alumnos de Oaxaca de nivel básico y media superior con promedio de 6.1, en una escala del cero al 10, con una tasa de crecimiento anual apenas del 0.55 (ni siquiera uno) por ciento en cinco años, mientras que el Distrito Federal está en 7.3.
El estudio destaca que en educación primaria, Oaxaca “observó una disminución en el Informe de Progreso Educativo (IPE), de 6.7 a 6.6 entre 2008 y 2012”, y en secundaria “observó un IPE menor al de primaria”.
Por cada mil (1000) alumnos, solamente uno (1), sobresale en matemáticas, aún por debajo de países como las islas de Trinidad y Tobago o Azerbayán y Kazajastán.
Por eso, a Oaxaca le tomaría 33 años para alcanzar un progreso decoroso.
