México, D.F.- Puedes imaginar un lugar, en donde bajo un mismo techo se encuentre un automóvil presidencial, una máquina de vapor, el auto favorito del Rey del Rock e incluso, un vehículo capaz de viajar en el tiempo. Todo esto puede sonar como una fantasía, pero al sur de la Ciudad de México existe un lugar en donde todo esto converge y lo mejor; está abierto al público.
El Museo del Automóvil es especial desde su fachada; su arquitectura basada en su homólogo de Francia, el cofre de un Cadillac incrustado en la pared, se encarga de resguardar el lugar, y al mismo tiempo da la bienvenida. En sus pasillos además de automóviles emblemáticos y antiguos, se guardan historias y cuentan anécdotas, en las que el hombre y la máquina lograron romper la barrera del tiempo.
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