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GATOPARDO: Se Le MIDe, y, por improductivos, se les despide

Superiberia

Lorencez Oropesa
Columnista

CDMX.- La cuesta de enero del 2018 es difícil para quienes por tantos excesos de años anteriores salieron desfondados, y; más, por gastos suntuarios paganos de la temporada Guadalupe Reyes.
Sociedad gobernada por finanzas. Maravillas de mercadotécnica obligan a gastar apresuradamente, nomás por no ser menos, lo poco que ingresa incluido si es que hubo aguinaldo y participación de utilidades, mas, mucho más, de lo que aún no se produce.
El infierno inicia al comprometer para el pago de intereses gran parte de próximos salarios, pues se recomen promesas de supuestos ingresos. Gastos cargados a futuro matan sin quitar la vida, pues el pago de intereses sobre intereses -anatocismo-­ suma miles a lo que vale centavos.
La devaluación del peso orquestada por Casterns y el gasolinazo de Meade, son otros modos de disminuir el ingreso de las masas sumándose una fantasía ultramoderna, a la condición de paria: la cibernética ha hecho de la moneda de cambio ficción cifrada digitalmente, haciendo quimera del respaldo en oro del patrimonio de los pobres.
Contribuyentes cautivos. La finanza obra a favor del 1% de la población mundial clasificada como supe-­ricos en alianza con Hacienda han diseñado un APP para registrar ingresos y egresos del conjunto. Mientras las masas han de conformarse como la fuente de la riqueza, la clase mediero y la burguesía desplazada sirven de parachoques.
Para ocultar esa realidad al Gobierno en turno le gusta mucho cantar cifras infladas, como el cuento de tres millones de nuevos empleos sin contrato colectiva, omitiendo su origen en inversiones del capital golondrino, acostumbrado a emigrar sin misericordia cuando en otra parte le ofrecen mejores rendimientos.
Dado que el valor de las mercancías se calcula por la simple suma de lo que cuestan sus insumos, en promedio, sólo el salario es manipulable a la baja para lograr mejores resultados económicos. Salarios abatidos, son sinónimo de mayores ganancias.
Esclavitud del Siglo XXI. De acuerdo a ese indicador macroeconómico, México saca palomita internacional por ser un paraíso donde es miserable la partida salarial del dinero invertido, a favor de ganancias extraordinarias; y, más, por las condiciones de control monopólico de Estado. A esto es a lo que se le conoce como “productividad”. En realidad es una falacia para ocultar el grado de explotación de los trabajadores mexicanos.
Cuando la Autoridad canta logros a partir de reformas constitucionales que permitieron “aumentar la productividad”, para la mayoría es cosa de ponerse a llorar mientras la minoría celebra.
Sin nada qué aplaudir, la cuesta de enero del 2018 se complica pues aparte de deber 87 mil pesos nomás por haber nacido acá, la crisis mexicana incluye el desgaste de las formas de su gobernanza. ¡Y cómo de que no, pues no es de humanos dignos lamerle la mano al amo aparte de poner el lomo!
Contener reclamaciones. Dice un refrán popular que nació buey, quien gusta de lamer coyunta. De ser así, entre animales no se puede verificar por imposible de saber si piensan. En caso de seres humanos, ¿quién por su deseo lame miserias?
Sin descartar que un montón de gente vive como Dios se lo permite según la versión de extraños mensajeros, y, así lo acepte, o que por costumbre familiar sea su perspectiva de vida, resulta lógico suponer y verificar que la mayoría sobrevive sus penurias con rencor, molestias, refunfuñando, inconforme; insatisfecho.
Así como hay quien canaliza sus contrariedades afectando a su debilitada pareja, familia, amigos y vecinos, otros escalan sus reclamos y exigencias de todo tipo: salariales, por el reconocimiento de sutilezas de género, de edad, de etnia, de preparación y cultura. Éstos son los rejegos, dice Don Dinero.

“Capacitó una clase media acostumbrada a ganar poco y gastar de  más para activar el mercado interno, habilitado con modernos instrumentos de control”.

Política de contención de inconformes. Durante el siglo pasado en nuestro País, como en todo el mundo, las contradicciones de clase animaron luchas populares de resistencia y oposición a las condiciones de opresión vividas, con las máximas expresiones de manifestarse al través de organizaciones sindicales y partidistas.
Pues una de las maravillas de la política hegemónica, ha sido finiquitar esas formas de lucha social, encausando las propuestas, reclamos y exigencias al través de representantes congresistas, ejecutivos y voceros de medios de masas, haciéndonos creer que, a pesar de la miserable explotación, vamos en ascenso democrático.
El caso es que cuando uno revisa estudios macro y microeconómicos, macro y micro-­políticos, detecta la diferencia de enfoques y resultados entre quienes abonan a favor pocos, contrariando al resto de la sociedad: para unos la cosa está de maravillas, para otros todo puede mejorar. Otros dicen lo contrario: nada hay que reparar y si qué lamentar.
Habiendo decenas de inversiones sobre la realidad nacional, ¿cuál es la verdadera? Del avatar para desmontar masas reclamando sus derechos, nace la importancia de los representantes de la sociedad en el Congreso de la Unión Federal, de los estatales y cabildos municipales.
Hemos documentado cómo a partir de la crisis política del 68 las formas de Gobierno centrado en el presidencialismo para el bienestar social, que implicó aumentar gastos del estado benefactor, en su momento obligatorios para capitalizar al país y crear la infraestructura necesaria por la vía de la deuda nacional, llegaron a su tope.


La partidocracia favorece la reproducción de las condiciones dadas. Así mismo, hemos visto cómo la economía política neoliberal se propuso y logró lo contrario: adelgazar los gastos de Estado destinados al beneficio de la gente, ajustando partidas destinadas a la educación, salud pública, recreación, vivienda. Capacitó una clase media acostumbrada a ganar poco y gastar de más para activar el mercado interno, habilitado con modernos instrumentos de control. Es el caso de las disposiciones legales, de operación policial y militar, de las condiciones laborales, y, al punto, del control político ejercido al través de regímenes sustituibles periódicamente.
Habrá quienes protesten como deseen, y, bienvenidas sus luchas, pero, la masa en general se contiene al través de la labor ideológica de 9 partidos políticos de Estado: PRI, PAN, PVEM, PES, PMC, PRD, PMRN, PT, PANAL.
De añorados partidos, a franquicias cacha votos. Con mucho dinero invertido en su constitución, los resultados logrados por el IFE/INE son “de bajísima productividad”, pues en 2015 sólo fue capaz de orquestar la participación del 40% (incluidos fraudes) del electorado.
Los remedosde partidos de Estado nomás no logran resultados por impedimentas propias del subdesarrollo, como son: la tendencia al paternalismo extremo, identidad reducida a logro de valores vernáculos, cooptación familiar corrupta de los instrumentos electoreros; corrupción estructurada de la gobernanza.
Proletarización de profesiones y profesionistas. Los partidos no han conseguido convencer a los obligados a bajar la cerviz, que, además laman la coyunta.
El acceso fácil a la cultura universal mediante el internet, lo que incluye saber al instante de abusos de poder en todo el mundo, sofoca más al impedido, por mostrarle que ya no hay rincón donde ocultarse, ni para soñar con el desmoronado American Way of Life. El rechazo al perverso juego del poder va en crescendo; pero deshilvanado. Por eso se expresa como voto de castigo a partidos asimilados.
Efervescente, resulta válvula de escape del enojo nacional votar en contra del favorito, anular el voto, o, abstenerse, tanto como votar a favor de la continuidad impuesta.
Haciendo un montón, con montoncitos. Así las cosas, como nueve partiditos no pudieron convencer ni a la mitad del electorado, sumarlos en tres frentes para coaligar al próximo Gobierno, si bien no logrará en automático aumentar los votos reales, facilita que quien gane lo haga con más del 5% de diferencia; y, con ello, cantar “legitimidad” del gobernante así legalizado para asegurar al financiero su edén maquilador.
Esclavitud ¿Quién será el ganador de la próxima contienda? Nuño le qué miD no convence ni a las bases del Partido; Alexei Maduro LoPES Obradorilich chasquea desbocado, mientras regenera cloaca. El vuelo del joven maravilla es tachado, por irreverente.
En la socialdemocracia insertada de facto, no importa quien gane la Presidencia corporativizada, pues, aparte de que nada trascendente plantean en pre-­campaña, tampoco podrían lograr mayor cosa sin el control del Congreso de la Unión, de los estados, ni de municipios, integrados por personeros reelectos vitaliciamente en cargos públicos; quienes, aparte de alharacas chachalakeras, no podrán variar un ápice del Plan Nacional de Desarrollo Transexenal Legalizado.

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