Recientemente, la ciudad de Fortín fue testigo de una de las exposiciones más creativas en la composición de vitrales, siendo una colorida e interesante creación la expuesta por la fortinense Ambar Rolland.
Con más de 30 años de trayectoria artística, Ambar es una de las mujeres con más talento dentro del mundo de las artes, ya que es la única mujer que ha diseñado el vitral más grande de la Ciudad de México, con una calidad artística impresionante, siendo su más importante trabajo el vitral titulado “Las Manos de la creación”, elaborado en el año 2002, bajo la coordinación y ayuda de más de 14 trabajadores.
Para Ambar Rolland no existen límites, es por eso que a través de su talento y el vidrio expresa sus sentimientos, “el vidrio es muy especial en mi vida”, su trabajo como diseñadora se ve plasmado en los incontables trabajos que expone, es por esa razón que en días pasados presentó en la Cantina “Rey de Oros” la exposición Itinerante “Espejito Espejito”, donde mostró al público más de 30 vitrales, elaborados con elementos nuevos como piedras y metal sin olvidar el tradicional vidrio, donde plasmó nuevos diseños enriqueciendo con ello su trabajo artístico.
El vidrio emplomado y las cañuelas de plomo que va soldando en cada una de las uniones es esencial para elaborar el vitral, técnica que empezó a utilizar desde muy temprana hora dentro de un viaje que realizó a la Ciudad de México, donde conoció este trabajo y del cual ha hecho su más grande creación.
Con piedras de colores provenientes de México y Querétaro, Ambar creó originales piezas, entre las que presentó se encuentran: pequeños portarretratos, alhajeros, porta vinos, servilleteros, cruces y vidrios de colores que sin duda, es un trabajo elaborado específicamente bajo su diseño.
“Las Manos de la Creación, es el vitral más grande de la Ciudad de México, mide 386 metros cuadrados, se sitúa en calle Rosas Moreno número 34 de la Colonia San Ángel y, sin duda, es algo que hasta ahora sigue dentro de los mejores trabajos en hechos en vitral, después del Cosmovitral en Toluca, México.
Presentes y acompañándola en esa itinerante exposición estuvo la familia Jiménez Quinto, la familia Cadó Miranda y un grupo de amigos que desde luego, le reconocieron su gran trabajo como vitralista, su enorme ingenio y creatividad.
Mónica Chico L.
El Buen Tono
