CDMX.- Los esfuerzos para acabar con la violencia relacionada con los carteles en México comenzaron este año con un estallido: el caso del capo del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, extraditado a los Estados Unidos para enfrentar cargos criminales. Pero a pesar de la fanfarria sobre la extradición, la violencia se ha disparado en México y este año se perfila como la más mortífera del País, dice The Washington Post.
Según un informe de noviembre del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), un grupo de expertos no partidistas de Capitol Hill, 107 de los 122 criminales más violentos de México habían sido eliminados, pero los asesinatos aumentaron.
“Eso sugiere que los líderes pueden no ser tan cruciales para las operaciones como esperaba el Gobierno y que sacar del juego a esos líderes no reprimirá la violencia”, dice.
“Las organizaciones se fragmentaron pero no desaparecieron y, en cambio, experimentaron un combate mortal hasta que un nuevo líder (o dos) reemplazó al ex jefe, lo que resultó en la aparición de nuevos grupos”, dijo el CRS.
El resultado es “un mundo subterráneo cada vez más fragmentado”, dijo al Post Alejandro Hope, un analista de seguridad.