Córdoba.- A 16 días de la tragedia que causó la muerte de 4 personas calcinadas, en un accidente automovilístico, suscitado en la carretera federal Córdoba-Veracruz, los restos de 2 víctimas continúan en el anfiteatro de una funeraria, porque hasta el momento no han sido identificados, ni reclamados por sus familiares.
De acuerdo con las autoridades ministeriales, por lo complicado del asunto, fueron extraídas muestras para ser enviadas al laboratorio químico de Servicios Periciales, de Xalapa, a fin de determinar el origen genético y compararlo con el de otras personas, y así establecer su afinidad.
La desgracia se registró la madrugada del sábado 3 de agosto, cuando de Córdoba hacia el puerto de Veracruz, se dirigía el autobús número 4233 de la línea “AU”, manejado por Cristino Apale Xocua, de 28 años.
En una curva del kilómetro 44, del tramo Cuitláhuac-La Tinaja, a la altura del rancho Agua Escondida, el autobús chocó de frente con un tráiler color blanco, con placas 272-ER9, que llevaba 2 remolques tipo plataforma, y que circulaba de La Tinaja hacia Córdoba, pero invadió el carril contrario cuando aparentemente rebasaba a otros vehículos.
Luego del encontronazo, ambas unidades quedaron destrozadas y el autobús salió proyectado metros adelante, saliéndose del camino hacia su extrema derecha.
Los 2 choferes quedaron prensados entre los fierros y varios pasajeros resultaron heridos; mientras tanto, por un cortocircuito y el derrame de combustible, ocurrió un incendio, que en pocos minutos envolvió en llamas los 2 camiones.
De acuerdo a versiones de testigos, el chofer del autobús quedó herido pero consciente y todavía logró abrir las puertas para que los pasajeros pudieran bajar. No obstante, él se quedó prensado de las piernas, con el tablero y a medida que avanzó el incendio, murió calcinado, al igual que otros 3 pasajeros que no lograron salir. Asimismo, el trailero quedó prensado en la cabina, y también se quemó.
Por lo grave del choque, acudieron 3 ambulancias de la Cruz Roja de Córdoba, cuyos paramédicos atendieron a los pasajeros que resultaron más lesionados y que fueron identificados como: Marcos Manuel Chontal, de 27 años, vecino de Tierra Blanca; Graciela Barradas, de 48 años, de Zapoapan, Ixtaczoquitlán; Miriam Zenteno, de 27 años, de Paso del Toro, Tlalixcoyan; Juan Ramírez Montalvo, de 55 años, y Margarito Hernández Corona, de 51 años, ambos con domicilio en Bajo Grande, Omealca; Roberto Montalvo, de 25 años, de Xocotla, Coscomatepec; Gerónimo Hernández Villa, de 38 años, de Ixtayuca, Coscomatepec; Bernardo Morales Martínez, de 29 años, de Córdoba y César Antonio Solano, de 28 años, quienes fueron enviados a un hospital privado de Córdoba, donde horas después al menos 5 fueron dados de alta y el resto quedaron internados.
Posible confusión de las autoridades
La semana pasada un grupo de personas acudieron ante las autoridades, para dar a conocer que uno de sus familiares muerto y quemado en el accidente, era una víctima que ya había sido entregada y sepultada en la región de Omealca.
Al acudir en busca de su familiar muerto, en el anfiteatro observaron los restos de 2 personas, pero no las pudieron reconocer como su familiar. Sin embargo, notaron que una de las víctimas llevaba lo que parecía una corona sobre su dentadura. Luego, al acudir a Matatenatito, Omealca, y entrevistarse con familiares de la víctima que había sido sepultada, aparentemente quedó al descubierto una posible confusión en la entrega del cuerpo, ya que esas personas aseguraron que su familiar era el que traía corona en los dientes.
Otras personas que llegaron del puerto de Veracruz, dijeron que en el accidente al parecer había más víctimas de las que las autoridades detectaron.
Indicaron que una persona viajaba en el autobús, pero ya no llegó a su destino en el puerto de Veracruz. Sabían que ahí viajaba, porque encontraron un “diablito” de carga que el hoy finado utilizaba para acarrear su mercancía.
Accidente
La desgracia ocurrió la madrugada del sábado 3 de agosto, el autobús AU, era conducido por Cristino Apale Xocua de 28 años.
Antonio Osorio
El Buen Tono