Por: Andrés Timoteo / columnista
A pesar de las derrotas recientes y el aciago futuro, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no cambia ni escarmienta, le teme a la democracia interna, por lo que da vueltas donde mismo: el método de selección de sus candidatos para el 2018 será el ‘dedazo’ que en su ortodoxia tiene el nombre de “convención de delegados”. Esto se oficializó en el Consejo Político Estatal realizado el fin de semana en Xalapa.
La convocatoria para elegir al candidato a la Gubernatura se emitirá en las próximas semanas, según se dijo, y con esa decisión también se esfuman las posibilidades de que el senador Héctor Yunes Landa vuelva a ser abanderado a la Gubernatura. El legislador abogaba porque el método de selección fuera una encuesta de popularidad para tratar de sacarle ventaja al otro aspirante, el también senador José Yunes Portilla.
Sin embargo, la petición eran meras patadas de ahogado, pues en realidad Yunes Landa nunca tuvo posibilidades de repetir en la nominación y su activismo únicamente obedece a su tozudez, la cual se dejó andar porque el tricolor en la Entidad está descabezado, sin líder que lo conduzca ni medie entre las corrientes internas, aunque formalmente el presidente del comité directivo sea Renato Alarcón, a quien nadie sigue ni respeta.
Así, el PRI veracruzano sigue igual, no cambió de piel y ni siquiera una escama le movió a su caparazón. Los mismos métodos, las mismas mañas y la misma gente. Las derrotas del 2016 y de este año lo sumieron en una crisis sin precedentes, pero de la cual no logran salir. Peor aún, siguen en el rejuego de la simulación y el autoengaño que los conduce a obtener los mismos resultados desastrosos para el año venidero.
Lo que ha sucedido en los últimos días y que se palpó en la asamblea realizada el fin de semana es muestra de ello. Los únicos fueron las “dos sopas” -Yunes Zorrilla y Yunes Landa- que siguen manteniendo al PRI bajo una suerte de secuestro para controlar la nominación. ¿ Por qué a la encerrona no fue llamado el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos y otros militantes que bien podrían ser también candidatos en el 2018? No los convocaron porqué los Yunes rojos, efectivamente, tienen plagiado al tricolor.
El otro escenario lastimoso del priismo local es que -según cierta prensa- la candidatura por el Senado quedaría entre tres mujeres militantes: la delegada del ISSSTE y exalcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García; la ex Alcaldesa del Puerto de Veracruz, Carolina Gudiño Corro y la exdiputada local y exreina del Carnaval, Ana Guadalupe Ingram Vallines. A ellas les aplauden y las colocan como las mejores opciones, aunque todo sea una especie de autoengaño.
La oaxaqueña Gudiño fue tacleada vergonzosamente en el 2015 cuando quiso ser diputada federal por el distrito de Boca del Río, lo mismo que Ingram Vallines en el distrito de Veracruz y a Morales García la hicieron morder el polvo en Xalapa Urbano. ¿No es para dar risa que las tres perdedoras se promocionen como las que pueden ganar la disputa senatorial? Si no pudieron ganar un distrito, menos van a ganar una elección estatal, y el escenario empeora cuando no hay Gobierno priista que las financie. Es simple lógica.
En el plano nacional, la convocatoria para elegir al candidato presidencial ya fue emitida y el 3 de diciembre se procederá a la inscripción de precandidatos para que poco más de dos meses después, el 18 de febrero del 2018, se realice la convención de delegados para ungir al seleccionado. Lo interesante será ver si el 3 de diciembre el PRI llega con el llamado “candidato de unidad “, o sea si hay un sólo precandidato inscrito y los demás se pliegan al seleccionado por Los Pinos.
Hasta ahora, las señales apuntan al secretario de Hacienda, el panista-priista José Antonio Meade sobre los otros aspirantes, los titulares de Gobernación, Educación Pública y Salud, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño y José Narro. Dos de ellos, Nuño y Narro, ayer fueron sacados de la carrera presidencial para colocarlos en la disputa por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por el exgobernador mexiquense y actual líder del tricolor en la capital del País, Eruviel Ávila.
Así se busca reducir la competencia interna para Meade. No obstante, está pendiente ver si Osorio Chong, quien es el mejor posicionado en los sondeos de opinión cede a la imposición presidencial y acepta un ‘premio de consolación’ que podría ser, según se dice, la primera posición de las senadurías plurinominales, la dirigencia nacional del partido o hasta un asiento entre los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aun cuando su carrera sea política y no abogadil.
La apuesta es que el 3 de diciembre no se aparezca Osorio Chong en la sede del tricolor para inscribir una eventual precandidatura, pues es difícil creer que el funcionario juegue al demócrata y se rebele contra el “dedazo” del presidente Enrique Peña Nieto. El todavía secretario de Gobernación es parte del viejo sistema, de ese dinosaurio que no muda de piel y que sigue igual de escamoso que siempre.
NEGOCIO MANCHADO
Las tragedias siempre sacan a flote lo maloliente. Hace una semana, cuando asesinaron a balazos en su propia casa al alcalde electo de Hidalgoti-tlán, Santana Cruz Bahena, se puso en la palestra mediática la situación que priva en ese municipio y sus aledaños con el predominio del crimen organizado que opera en colusión con autoridades locales. El propio Cruz Bahena, quien ya había sido edil del lugar, fue señalado de pertenecer a una célula delictiva de la región y su homicidio habría sido un ajuste de cuentas.
También está la versión de una vendetta de tipo político por el enfrentamiento que el finado sostenía con el munícipe saliente, Omar López Castillejos. Ahora, con el asesinato del presidente municipal de Ixhuatlán de Madero, Víctor Manuel Espinoza Tolentino, ocurrido la noche del viernes en un paraje del municipio de Banderilla, conurbado con Xalapa, la porquería vuelve a flotar.
Como se ha informado, el Edil fue victimado junto con su esposa, Patricia Carrera Tinoco y tres ayudantes presuntamente, al ser engañados con la venta de material de construcción a bajo precio, y ahí está la punta de la madeja: todo indica que los verdugos fueron integrantes de una banda dedicada a la venta de este tipo de material que habría sido extraído de bodegas propiedad de dependencias estatales durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Más aún, en la trama había implicados ex- funcionarios estatales que permitían ese robo y seguramente recibían parte de las ganancias por la venta clandestina del material. Ha salido a la luz que el saqueo de los inventarios estatales era práctica común y recurrente, y que muchos alcaldes compraron enseres robados a la Administración Estatal. Además, eso se extendió hasta los candidatos -¿sólo del PRI, PVEM y Panal o también de la oposición?- que adquirían material de construcción para repartirlo durante las campañas electorales a fin de condicionar el voto de los electores.
Y se pone más oscuro el asunto porque aparece el nombre del dirigente estatal del PRI, Renato Alarcón, como posible avalador del robo y recomendador de los integrantes de la banda delictiva. Lo anterior no es especulación, sino una prueba que fue localizada en la escena del crimen de Espinoza Tolentino, pues junto a su cadáver se localizó su teléfono celular y en el mismo una conversación de Whatsapp con la persona que lo citó en ese despoblado para entregarle la mercancía robada.
En la conversación de Whatsapp, el delincuente, que se hace llamar “Roberto”, escribe la lista del material y los precios, y da entender al Edil que lo recomienda el dirigente priista. “Si quiere referencias renato alarcon me conoce (sic)”, dice textual -con esos errores ortográficos- la frase. Y le agrega: “todos estos materiales estamos sacándolos debajo del agua” o sea, robándolos.
El escándalo apunta para ser de antología pues la Fiscalía Estatal ya anunció que será llamado a declarar al líder priista Alarcón, así como a alcaldes y ex candidatos que compraron material robado al Gobierno Estatal. Mala racha para el escamoso tricolor y para su dirigente, quien está con un pie en la picota porque sabía del chanchullo y hasta recomendaba a los delincuentes con los potenciales compradores.
Y hay mucha tela de donde cortar, porque el asunto del robo de material podría alcanzar también a los exsecretarios de Protección Civil, Noemí Guzmán Lagunes, actual Diputada Federal, y los de Desarrollo Social, Alberto Silva Ramos -también legislador federal- y Alfredo Ferrari Saavedra, así como a sus subalternos, pues se presume que las bodegas de ambas dependencias fueron saqueadas con la anuencia de sus responsables.
Además, el caso es escabroso porque se supone que no era la primera venta clandestina de material robado ni el edil Espinoza Tolentino su primer cliente. Entonces, ¿el citatorio fue una celada premeditada para matarlo con otro fin ajeno a la venta o la negociación salió mal? Por donde se le busque, el asunto apesta mucho. En resumen, ahora que el negocio se les manchó de sangre, muchos terminarán -así se espera- frente al Ministerio Público.