RAZONES DE MIEDOS Y OLVIDOS INDUCIDOS
El avestruz, ave de cuerpo voluminoso, delgadas piernas, alas en extinción y cuello largo, aterido por el miedo cuando siente amenazada su existencia o cuando la procura, baja la cabeza a ras de piso creyéndose a salvo pareciendo arbusto distanciándose de la realidad.
Viene a cuento porque los políticos mexicanos registrados en el INE, así como la mecánica nacional incluyente de proceso, estructuras y sus representantes se parecen tanto a ella cuando hacen talco indicaciones Constitucionales para desarrollar la democracia como un modo de vida, trabajo y cultura.
La generalidad de los medios de comunicación de masas les acompañan ateridos por incapaces de legitimar autoridades impuestas y desgastadas a pesar de tanto dinero dispuesto, sin comprender que ocultar la choya no evita poner a salvo restos de su cuerpo; además, lástima, sin poder evitar dejar en frágil posición su enorme cola.
Los pensamientos de quien olvida
¿Qué motiva al cerebro primario del ave deseosa de superar naturales amenazas? En conciencia no se sabe. Puede ser miedo; arco reflejo para no dejarse ver de lejos ni de cerca, pareciendo piedra en el camino, matorral, nube u hongo nuclear. Igual, metiendo la cabeza donde pueden entierran sus largos huevos poniéndolos a salvo. En peligro son capaces de correr a más de 90 kilómetros por hora; cuidado con sus patas y pezuñas, transformadas en poderosas lanzas.
En todo caso, sus reacciones son de sobrevivencia, lográndolo con éxito, pues ese gran pavo es de las pocas aves que, sin aspavientos, ni tantos recursos del erario ha sobrevivido desde el Jurásico.
A semejanza, los políticos de oficio autodenominados representantes populares en calidad de senadores, diputados, Presidente Nacional, gobernadores, alcaldes y regidores, sabiendo perfectamente los límites de su papel social rebuscan palabras y hechos craneales para omitir, ocultar y olvidar su papel de comparsas obligados a serlo por miedo, por gusto o interés dinerario.
De todos los miedos, el pánico al coco
¿Desea ejemplos para constatar cómo el aparatoso avestruz de la política nacional no mira lo que le incomoda?
En la realidad de la sociedad internacional actual, bajo variadas amenazas y formas, el imperialismo ha sentado sus reales a favor del 1% (Oxfam), sirviéndose del resto cultural y políticamente para sus fines económicos, con ayuda de aspirantes a gobernantes y jubilados de gobernantes.
Nomás mire cómo omiten declarar sobre el flácido aumento de ocho pesotes devaluados al salario mínimo. Ahora, con $88.36 centavos diarios se ha de conformar la expectativa de ingreso de más de cincuenta y dos millones de mexicas, mientras nuestros “aliados” del TLCAN cobran mil 36 pesos y mil ciento veinte pesos, respectivamente.
Precisemos: mientras en México el salario mínimo es de $11.04, en EU es de $129.50 y en Canadá, $140.00 por hora. Y tener que soportar al naturalmente inflado Agustín Casterns, que en su discurso de salida por su “exitosa” gubernatura del Banco de México tiene el descaro de espantarnos con que el aumento salarial de 8 pesitos es inflacionario; mientras nada dice sobre la cohorte aumentando sus dietas, fondos de retiro y autopremios por su patriótica productividad.
Como 12 millones de superricos tienen riquezas superiores a 84 millones de pobres mexicas (Oxfam), para reducir la diferencia han de pasar 120 años, pero, consolémonos: el próximo primero de julio, la levedad de esta diferencia no cuenta, para que el ilusionado voto por seis años próximos ¡sí cuente!
Método del olvido
Las maneras de inducir miedos y olvidos varían al paso del tiempo. Rituales mágicos ejecutados hábilmente por brujos vivales de la prehistoria fueron sustituidos con ceremonias religiosas griegas, latinas y romanas, usando guiones y escenarios intencionados para inducir el pavor a poderosos dioses, implacables, pero generosos: Zeus, Amón-Ra o Tonatiuh, igual daban vida y destinaron muerte a quien atentara contra su poder delegado en el rey, la reina o el soberano elegido.
Ideológicamente, la sociedad medioeval es bien pesada, porque la omisión de la realidad integra métodos centrados en la divinidad personal de todopoderosos dioses hábiles para estructurar el devenir sin importar cuál sea, delegando en la Tierra infalibles representantes sacerdotes, pastores o agoreros para concretar su profecía.
De esas experiencias míticas se nutre el capitalismo cimentando su política de control ideológico de masas para conformar y echar la culpa de aberraciones al malo de su película, al ausente, al antagónico, mientras avanza implacable la velocidad de la maquinaria para obtener en serie materias primas, mercancías y servicios de todo tipo a bajo costo, comercializándolas a precios altos.
De todos los insumos para transformar las materias primas haciéndolas productos mercantiles, la fuerza laboral es la principal y en México, es la peor pagada de todo el planeta. Dada la precaria situación geográfica y dependencia económica de los EU, parece ser una condición contra la cual nada se puede hacer, aceptándola como Destino Manifiesto.
Excelente si fuera a favor de todos
Pero no es así. El Capitalismo mira siempre por el beneficio de los menos, a costillas del perjuicio de la mayoría; lo contrario se llama Socialismo. -¡Horror al crimen!-, gimoteaban las viejitas de antes.
Aun entre gente distinguida por rasgos humanistas, misericordiosos y benefactores, resulta aberrante llevar al extremo de la justa distribución de la riqueza sus más sensibles deseos de compartir con los pobres, a pesar de tanto dinero acumulado.
En el caso del IFE/INE, para gastos de su operación y del financiamiento de partidos políticos registrados, entre 2012 y 2018 habrá recibido del erario y distribuido casi 113 mil millones de pesos por tan miserables resultados: sólo el 45% vota, más, restando votos fraudulentos y, lo peor: el Presidente Nacional en turno, es descalificado por el 93% de los mexicanos.
Con tanta lana en los bolsillos y el montón de beneficiados de la novena partidaria registrada en el INE nadie propone transformar a fondo las condiciones de trabajo, sino sólo paliar las condiciones de vida con propuestas reformistas legales, de regeneración, humanistas, incluyentes, soberanas, transparentes, amarradas al Constituyente para seguir haciendo lo mismo.
De lo mismo, es clave la importancia ideológica de convencer a las mayorías sobre lo imposible de atentar contra lo establecido sin más opción que inclinar la cerviz a ras de piso, cuando no -de plano- renunciar al uso crítico de la cabeza, quedando en posición de mata o de pedrusco.
La mejor dictadura es un sistema aparentemente abierto
Es cuando el discurso hegemónico impone la principal de sus disertaciones: evítense los extremos políticos olvidándolos sin omitirlos, pues neta que sí existen, -pero es secreto a voces-.
Centrándose en el medio geométrico -ni de extrema derecha, ni de extrema izquierda-, entiérrese el discurso neoliberal relanzando el programa internacional socialdemócrata, por afín a la falacia individualista del capital humano, culto, igualitario, plural, neutro, emprendedor y colaborativo.
La línea retórica invade el discurso no sólo de políticos de oficio y de la burocracia del Instituto Nacional Electoral (INE), también lo hace con los funcionarios del régimen saliente en su papel de ancianos del pasado régimen y con los medios de comunicación de masas, incluidas las festinadas redes sociales como “espacio de empoderamiento de los jóvenes millennials y sus futuros hijos”, así alienados.
Ciudadanizando la inducción del miedo y el olvido
Siendo la política reformista un discurso a favor de lo establecido, mediante hechos prácticos reiterados se omite percibir la realidad escondiendo la choya sin poder ocultar el enorme trasero; consideremos algunas acciones, inducidas hábilmente.
Encubre la existencia de partidos quemados, alabando la inofensiva e inestable presencia ciudadana independiente, incapaz de molestar al monstruo.
Vela que del conjunto de quienes porque pueden razonar están en edad de votar, no importa la mayoría abstencionista real, ni quien anula su voto. Sólo cuenta quién de la minoría votante obtiene la mayoría relativa.
Ignora que gobierne al conjunto el electo sólo por el 20%, con el aval carnal de otro 20.5% de votantes cautivos.
Omite, que, quienes ahora buscan desesperadamente aliados hace poco los rechazaban; ya captaron que mal hace quien perora fraccionalismos, ignorando aplanadoras indicaciones del centro.
Descarta saber que, con el gancho de la oportunidad independiente para asistir al mercado electorero cumpliendo la encomienda Magna de facilitar a cualquiera ser representante social, se destruye preventivamente la opción organizativa realmente transformadora de la sociedad, privilegiando el desánimo y las revueltas.
No insistas en saber por qué ni los directamente interesados pasan por la colonia haciendo proselitismo partidista: sólo cabildean en tiempos de elecciones.
Cuando mires alegres estadísticas sobre las preferencias electorales, no curiosees en saber cómo supieron las tuyas. Son cuentas alegres para incentivar el interés en despreciadas elecciones.
Si en el pasado no deseado las mentes más preclaras se volvían vanguardia organizada en partidos con identidad de clase, en el presente tolerado no hacen falta líderes nacionales ni regionales; sólo requerimos eficientes y eficaces servidores públicos.
No hay lucha de clases, sólo factores de la producción y en ciudadanos movimiento sin más identidad que la permitida.
Ignora la tontería (Sartre) de aceptar que siniestros intermediarios, nos representen ante un Estado adverso.
Omite que quien –dicen- unge a su relevo, sea rechazado por el 93% de los mexicanos.
Olvida que una veintena de exgobernadores y decenas de funcionarios, están vinculados a proceso.
A sabiendas o leyendo las cotidianas notas rojas de los medios de comunicación, no mires ni preguntes las razones de tanto crimen, que, fácil, llegarán a cien mil durante este régimen.
Cuando vayas al mercado por tus viandas, no preguntes por qué en cada ocasión alcanza para menos tu miserable ingreso. Agradece que aún tienes fuerzas para parecer viviente.
Si aún deseas participar en la contienda
Anula la paradoja imposible: alejándote de todo lo que huela a populismo, promete jauja a la mayoría miserable sin afectar un grumo la riqueza oligarca.
En campaña promete y pide libertad, soberanía, honestidad, transparencia, justicia, pues de ganar se trata a sabiendas de que, una vez en el cargo, el programa socioeconómico impuesto predomina.
Mientras no te metas con el poder de Estado y menos con la orientación económica del sistema hegemónico, peléate por el control del régimen y su carrusel de puestos, que para todos hay, aunque no parejo: gana más quien muestre mejor ascendente entre votantes corporativos, cautivos e ingenuos. Pero, consuélense, todos ganan.
Participa renovando al País en el reino de las peroratas, administrando lo podrido atado al pago perpetuo de la deuda externa.
Procura seleccionar, impulsar y colocar en puestos de Gobierno a imberbes, incapaces de contrariar al Congreso del Estado y, menos al Sistema.
Júntate en coaliciones ciudadanas que opaquen la mensual recepción de prerrogativas partidistas, otorgadas por el INE.
Olvidando que lo mismo hizo Fox montado sobre un cuaco con el estandarte de la Guadalupana hace 18 años, acompaña al Peje el próximo 12 de diciembre a hacer lo mismo anunciando su impredecible morena candidatura. -¡Qué pavada…-¡
Ten fe. Si no es en ésta la buena, ya será la próxima.