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Mariguano debate

Superiberia

¿Para qué se quiere hacer legal o despenalizar la hierba? Tenemos para esta pregunta muchas respuestas

Me cuesta trabajo entender qué es lo que se debate sobre la mariguana. Se habla de despenalizarla. Cuando en la realidad está parcialmente despenalizado su uso y posesión hasta en cinco gramos, los mismos que pueden ser utilizados para la fabricación de cinco cigarros de buen tamaño. Lo que quiere decir que la mayoría de los adivinos del pasado, dígase opinadores profesionales o prestadores de servicios en materia de opinión, están debatiendo sobre algo de lo que no tienen idea. La primera pregunta que nos debemos formular en este debate es: ¿para qué se quiere legalizar o despenalizar la mariguana? Tenemos para esta pregunta muchas respuestas. Si hablamos de acabar con la violencia mediante recortar los ingresos que los cárteles tienen por este rubro, según los expertos cerca de la mitad de sus ingresos, de nuevo nos equivocamos. Imposible convertir de tajo a los cárteles de la droga en entidades legales sólo para vender mariguana, cuando sabemos que venden también otras drogas como la cocaína u otras drogas sintéticas. Difícil entender que para vender cannabis se pongan la cachucha de la legalidad y para las otras empuñen el AK-47. No tomamos en cuenta tampoco que los cárteles se han vuelto verdaderas transnacionales que han diversificado sus actividades, desde la droga hasta el secuestro, pasando por la extorsión y hasta el asalto. Si hablamos de que el Estado tome el monopolio de la producción y distribución de mariguana, estaríamos ante un supuesto interesante. Algunos le atribuyen a Milton Friedman en la década de los 70 la expresión de que si al gobierno mexicano le dieran a administrar el Sahara, se acabarían la arena, obviamente referida al petróleo. Siguiendo esta idea, si el Estado monopoliza la mariguana, estaríamos a las puertas mismas de su extinción en territorio nacional. Imagine usted la paraestatal denominada Motamex, con el lema “haciendo de los viajes de los mexicanos una experiencia de clase mundial”, con una serie de funcionarios que sólo vea por sus intereses y otorgue contratos a sus cuates  y con el Sindicato Único de Trabajadores de la Mariguana de la República Mexicana, la adicción a la hierba no duraría ni 100 años.

Siendo serios, aunque este pretendido debate carezca de eso, de seriedad, tendríamos que analizar la parte jurídica. Despenalizar se refiere única y exclusivamente  a dejar de tipificar como delito una conducta.  El artículo 193 del Código Penal Federal dice que serán narcóticos aquellas sustancias que determinen la Ley General de Salud y los tratados internacionales firmados por México. Entonces los políticos locales que promocionan el debate en sus entidades de alguna forma, o no son claros o ignoran la ley. No obstante que las facultades en materia de salud son concurrentes, es decir, pueden legislar al respecto estados y Federación sin contravenir el espíritu constitucional, y que aceptando, sin conceder, ubiquen a la mariguana como una sustancia legal en la entidad federativa, aún les faltarían facultades para destipificar la conducta en el Código Penal Federal y modificar los tratados internacionales. Cualquier intento de esta índole estaría, además, sujeto a una acción de controversia constitucional por parte de la Federación y ventilada ante la Suprema Corte de Justicia. Si hablamos de legalizar, tendríamos que atender a toda la cadena, es decir, la producción, tenencia, tráfico, proselitismo y otros actos en materia de narcóticos. Ante a todo lo anterior, me parece que estamos ante un falso debate, o por lo menos antedebatientes muy mal informados al respecto.

Me parece paradójico que estemos enfrascados en este tema, precisamente cuando liberan a Rafael Caro Quintero, mítico narcotraficante y primer rockstar del mundo del tráfico de drogas. Pasó 28 años en prisión por delitos en contra de la salud y por el homicidio de Kiki Camarena, en ese entonces agente de la DEA. Fue puesto en libertad por errores en el debido proceso, antecedente directo del de Florence Cassez. Me gustaría mucho que le preguntaran qué opina del debate. Que cuente del rancho El Búfalo y si sigue dispuesto a pagar la deuda externa si lo dejan trabajar.

Me gustaría también que en este debate se hablara con las viudas de los miles de soldados y policías que han perdido la vida luchando en contra del tráfico de mariguana.  En su momento Ricardo Clemente Vega García le dijo a Fox que valorara sacar al Ejército a las calles para combatir al crimen porque está fácil sacarlo, pero casi imposible regresarlo a sus cuarteles. De la misma forma, creo que legalizar o despenalizar la mariguana tiene un riesgo implícito muy importante. Hay poco margen de error. Estoy de acuerdo con discutirlo, pero con información y responsabilidad.

Estamos a muy poco tiempo de discutir la reforma energética; de hecho puede ser hoy cuando presente la misma el presidente Enrique Peña. Celebro las señales de diálogo que a nombre de su partido y bancada manda Manlio Fabio Beltrones, poniendo incluso sobre la mesa la posibilidad de una nueva reforma política. Pero ha dejado en claro que de conformidad con las circunstancias económicas internacionales, la gran reforma, necesaria e impostergable, es la energética. Sin duda los debates y la discusión se van a dar, y estoy cierto de que la experiencia de Beltrones los convertirá en el fiel de la balanza.

En el estribo.-  Los tiempos han cambiado y las conductas del pasado tienen que acotarse por más poderosos que se sientan los actuales funcionarios. Ya no son épocas de ver a los voceros de dependencias federales en los mejores restaurantes gastando el presupuesto y perdonando vidas.

 

 

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