Amatlán.- El Chichis y El Cachorro, dos de los más peligrosos delincuentes, líderes de la mafia organizada, están detenidos y encarcelados, pero siguen operando desde dentro del reclusorio de La Toma, el trasiego de droga y otros delitos como secuestros y extorsiones con total impunidad.
Entre los dos orquestan la “ola” de violencia que azota la zona Centro y en especial Orizaba y su metrópoli.
Estos reos de alta peligrosidad no deberían estar juntos en La Toma. Las autoridades tendrían que separarlos y mandarlos lejos de su zona de influencia para acabar con su poder y dominación de la delincuencia.
Las autoridades deben también investigar a todos esos jueces corruptos que a cambio de una “lana” sueltan a esos delincuentes; a los fiscales que integran mal las Carpetas de Investigación a cambio de dinero malhabido, y a abogados defiende-delincuentes, como el licenciado Rentería, que por unas monedas sacan a la calle a individuos que son un peligro para la sociedad.