Por: Aleluya Moreno Lorences Oropesa / columnista
TRAMAS DE LABORATORIO ELECTORAL
Aparte de caras e inútiles intervenciones electoreras mercenarias de costo económico cargado a la deuda pública, pues los dineros salen de algún lado, se acumulan en la memoria colectiva las ofensas socio-político dañinas de las relaciones sociales, viciando más las de por sí anormal vida cotidiana municipal, regional y nacional.
Es constante e inevitable el riesgo de ser partícipe de sucesos que a fuerzas de ejecutarse diariamente se han habituado, como son ejecuciones, secuestros, abusos incuantificables, actos de corrupción, pasados fácilmente a la fosa común de la impunidad y el olvido. Basta con sumar las notas rojas periodísticas para darnos una idea pálida de la envergadura del problema, pues hay sucesos de los cuales nunca se sabe, o, se descubren pasado el tiempo.
Resentimientos, rencor, frustración, dolor de víctimas y/o testigos de tanta afrenta a la condición humana imposibles de remontar, detener o evitar, al paso del tiempo acumulan más dolor y odio; gran parte de nuestra sociedad se vuelve impermeable ante el ultraje, tomándolo como destino manifiesto que socava ancestrales relaciones citadinas.
CÓRDOBA ERA APASIBLE HACE MEDIO SIGLO
Correos del Estado no tenía problemas para hacer llegar a su destino misivas, así rotuladas: -“domicilio conocido”-. El servicio de “cobrar y/o devolver” (CoD) de Ferrocarriles Nacionales de México, era de los favoritos para mandar y recibir mercancías adquiridas sin problema remitiendo a cambio dinero en efectivo.
Perdida la parsimonia, ahora para todo hay servicios de intermediarios, caros, malos y sin confiabilidad garantizada ni a la palabra, ni por contrato; la Ley del Talión domina sobre cualquier acuerdo de regulación jurídica democrática. Con la plaza tomada por la sociedad de mercado, al presente todo tiene su valor de compra y su precio de venta, y, nada, ni palabras de misericordia exentan el pago por servicios recibidos; así sean un fraude. No se diga la política de masas encausada y legalizada para contener, desviar o confrontar el enojo de la gente por sus condiciones de oprobio, como resulta vivir miserias resultado del salario exiguo. Entre mil y mil doscientos pesos ganan por trabajo igual en Canadá y Estados Unidos, quienes en México obtienen 300 pesos por jornal de 8 horas.
EL PAN DE CADA DÍA
El municipio cordobés siempre ha sido de ingresos económicos limitados a menos de 4 salarios mínimos, con un gran número de trabajadores informales y cúmulos de desempleados. Con una planta industrial y manufacturera escasa, sin producción agrícola importante en campos destinados al monocultivo de caña en planadas y café en montañas que alimentan ingenios y beneficios ubicados en la zona. La derrama económica semanal y quincenal beneficia a un sector comercial igualmente limitado.
Parca producción de frutas y verduras impone el mercadeo de productos de tercera y desechos de su semana anterior, provenientes de Estado de Puebla y del Norte de la República.
Sin centros de recreo y diversión turística importantes, así como por estar a escasos kilómetros del Puerto de Veracruz y otras zonas de mayor atractivo, como son Veracruz Puerto, Tlacotalpan, los Tux-tlas, es mínima la retención turística cordobesa. Con servicios municipales deficientes, Córdoba es una ciudad sucia, insegura y con riesgos para la salud, sobre todo en la zona comercial de La Estación y del mercado Revolución, en obra de remodelación deficiente y retrasada. La ciudad adolece una vida cultural y social taciturna mediocre.
Sin mayores perspectivas de desarrollo personal, el índice de retención poblacional es bajo. La emigración a los estados del Norte de la República y, o, de braceros a los Estados Unidos, resulta ser la mejor opción para la mayoría de los paisanos.
A la par del ejercicio del poder económico centrado en unas cuantas familias dueñas de talleres de mantenimiento industrial, cafetales, beneficiadoras y envasadoras de café, granjas y procesadoras de pollos y comercializadoras, el poder político se ostenta y transmite caóticamente, a un costo oneroso y deficiente para los propios objetivos de control de los grupos de interés acostumbrados a ejercer el poder caciquilmente, con escasa o nula formación sobre el poder de Estado, y, menos, en la línea democrática como forma de vida y trabajo.
12 de noviembre del 2017
