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La energética, tercera llamada

Superiberia

Tentativamente, en unas horas conoceremos el contenido de la súper esperada reforma energética de la voz de Enrique Peña Nieto, así está previsto, que sea hoy o más tardar mañana. Habrá que ver si el evento resulta similar a donde se han presentado aquellas otras iniciativas de reformas que llegaron gracias al Pacto por México, donde se vio a personajes de todas la fuerzas políticas, o si desde el inicio oficial del debate energético, cada uno toma esquina para una discusión que se antojaría muy complicada.

Será hasta que escuchemos al Presidente que podríamos tener certeza sobre la propuesta, sobre a lo que desde hace meses, el gobierno federal se ha ido preparando. Una de las reformas más urgentes y necesarias, que marcará un antes y un después en el futuro del país; y por la forma en cómo se resuelva, en la vida política nacional.

En esta anticipada víspera se ha conocido un poco de lo que se buscará con ella. Así como la propuesta presentada la semana pasada por los panistas, la que presidencia estaría enviando al Congreso, también incluirá para los efectos de la reforma, a la energía eléctrica (CFE), las energías alternativas y las del marco regulatorio.

David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía en el Senado, adelantaba ayer que todo lo que se propondrá estará dentro del marco constitucional. Y aquí encontramos el punto más controversial de todos, porque el sustento de los argumentos de quienes están peleando en contra de una reforma de la que ni siquiera se conoce el contenido. “Que se salgan de un debate falso, ideológico, nadie tiene pensado privatizar el sector…”, me decía ayer el senador en la Segunda Emisión de Cadenatres Noticias.

El cantadísimo tema de la soberanía, “Estamos ante una verdadera emergencia. Poco se ha hecho para explicarlo. En la calle, así lo demuestran las encuestas, reforma energética equivale a privatización, privatización es igual a corrupción, a la entrega a los extranjeros y a los ricos de los recursos de la nación. Ese discurso demagógico va ganando (…) Del otro lado está el México de los mitos y tabúes que explican la imbatible pobreza, la brutal injusticia, la absurda emergencia energética de un país rico en energía…”, escribía así ayer Federico Reyes Heroles, una de las plumas más inteligentes del país, con quien me alegra compartir páginas en este diario.

Porque el tema de la reforma energética, para que tenga un debate aceptable, necesitará sortear toda una larga fila de prejuicios que siempre han aparecido y que van más a la consigna que al argumento. ¿O alguien ahora podría decir que es un hecho que la reforma sea igual a privatizar?

En el entendido de que en los detalles de cualquier iniciativa, está el secreto; lo cierto es que las fuerzas firmantes del Pacto por México —PRI, PAN, PRD—coinciden en dos cosas: que no se privatice el sector y que este mismo se vuelva más competitivo. Entonces, ¿por qué temer a una privatización de que la nadie ha hablado?

Botín electoral, por supuesto. Ahí el secreto de esa otra causa, la de defender un debate insostenible, uno falso. 

Si el asunto de la reforma energética debe considerarse una prioridad, por lo mismo, los encargados de debatir y resolver al respecto, deberán tener por sentado que la única forma de lograrlo es dejando atrás el desgarre de vestiduras que aparece siempre junto a las consignas.

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Sr. Ing. Guillermo Rivas Díaz Presidente Municipal. Córdoba, Ver.