La flor de cempasúchil, junto con las calaveritas, el pan de muerto, las frutas y la comida típica de temporada, son algunos de los elementos que dan vida y color a las tumbas y ofrendas de Día de Muertos.
Por sus raíces en lengua náhuatl “cempohualli”: veinte, y “xóchitl”: flor, es también conocida como “flor de 20 pétalos”, y es utilizada para marcar de manera simbólica el camino de los muertos hasta las ofrendas colocadas en las celebraciones mexicanas del 1 y 2 de noviembre.