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Cuentan de los nahuales

Superiberia

Amatlán.- Con la fiesta por el Día de Muertos se reviven historias y leyendas en la región, en su mayoría contadas por personas adultas sobre vivencias o relatos que se transmiten de generación en generación.

      Uno de ellos es el que relata Hugo López,  joven historiador de Amatlán, quien dialogó con sus abuelitos y narra un poco de lo que le contaron.

Compartió la leyenda “El Conjuro contra nahuales”: Hace mucho tiempo en la colonia Quimiapa, vivía Macario, un joven de 24 años que recién había contraído matrimonio con su linda y joven novia Rosalía, de 20 años. En las tardes a veces iban al río Quimiapa a pasear, lavar ropa o darse un baño.

La casa del joven matrimonio se encontraba cerca de la finca de un señor de 70 años, de nombre Francisco al que todos le decían Pancho.

Una mañana, Rosalía dijo a su esposo: “Macario, iré a bañarme al río pues el agua del pozo está sucia. Luego regreso”.

Macario ese día tenía dolor de estómago y fiebre, por lo que no la acompañó y se fue sola al sitio.

En su camino Rosalía se encontró con don Pancho cortando ramas de los árboles, como solía hacer.

Mientras se bañaba, escuchó pisadas, se asustó mucho, de repente salió de la maleza un burro negro con manchas grises.

Una vez que vio que tenía amarrado un rollito de ramas, no tuvo más miedo y siguió bañándose, luego se fue a su casa y contó a su esposo lo que le pasó. Macario dijo: “a ese burro ya lo han visto otras personas, muchos creen que es un nahual”.

Macario se fue con su primo Joaquín para que su tía le preparara algo para el dolor de estómago, Rosalía cerró la puerta de su casa y prendió las velas comenzando a preparar la cena, pero se manchó su ropa y se iba a cambiar cuando sintió un escalofrió, luego escuchó como golpeaban con unas pisadas las paredes de madera.

Ante el miedo comenzó a rezar al señor del Santuario, cuando de repente escuchó en la puerta de su casa cómo rebuznaba un burro, el temor incrementó, rompió en llanto porque se apagaron las velas y quedó oscuro.

En ese momento Macario y Joaquín abrieron la puerta de la vivienda.

Los nahuales, explicó Hugo López, son personas que se convierten en animales, algunos brujos usan la magia negra y venden su alma al diablo para convertirse, a fin de atacar a la gente o robar.

Rosalía nuevamente atravesó la finca para ir a bañarse, tras de ella iban su esposo y el primo de éste, mientras se bañaba gritó, pues el burro estaba frente a ella.

Lo acorralaron, Macario le dio un machetazo en la pierna y Joaquín otro golpe en su cuerpo, el nahual parecía inmóvil o paralizado y no dejaba de soltar una especie de baba. 

Más tarde un vecino les dijo: “machetearon a don Pancho, lo encontraron tirado cerca del río”.

Con el paso de los días Rosalía lo vio ya sin una pierna y brazo.

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