Por: Andrés Timoteo / columnista
Ayer se cumplió un año de lo que los veracruzanos creían interminable: el final del Gobierno de Javier Duarte. Hace doce meses el cordobés dejó el cargo bajo el argumento de que enfrentaría su defensa legal por las múltiples acusaciones penales de las que era objeto. Para ello solicitó licencia al Congreso Local a 48 días de terminar su período constitucional, cumpliéndose así el pronóstico que había sido tan repetido de que no llegaría a terminar su sexenio.
Hoy Duarte de Ochoa está en prisión luego de andar a ‘salto de mata’ por varios meses -la expresión es un decir, pues tuvo la venia del Gobierno Federal para estar escondido, primero en Chiapas y luego en Guatemala, donde fue “detenido” el 15 de abril-. Ocupa una celda en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y su proceso va para largo. Claro, no se le acusa de todos los delitos que cometió sino de algunos de tipo financiero, pero aún así preso está y no hay visos de que salga pronto.
Su encarcelamiento no sólo es por las pillerías cometidas sino que también es un recurso político de la Federación, ya que el Gobierno de Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo necesitaban tras las rejas para sustentar una aparente lucha contra la corrupción y porque tienen información detonante contra el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a cuyos candidatos en Veracruz costeó con recursos públicos y operación electoral en
el 2016.
En unos meses más, si las previsiones no fallan, Duarte hablará para evidenciar a Cuitláhuac García Jiménez, actual diputado federal y quien volverá a contender por la Gubernatura en el 2018. No será un ‘enlodamiento’, como muchos suponen, sino que el preso confirmará lo que ya se sabe a trasmano: el pacto que hizo con Morena para traicionar a su partido. Y según los que están bien enterados, hay material de sobra para poner al candidato de Morena en el patíbulo de la opinión pública y el repudio popular.
Hace algunos días, el documentado periodista xalapeño, Edgar Hernández, adelantó una frase que Duarte de Ochoa le habría dicho a Cuitláhuac García cuando le entregaba la valija con varios millones de pesos. “Si quieres cuéntalo, pero te vas a tardar” le habría dicho, burlón, el entonces gobernante, en base a audios y videos que se tienen de ese encuentro en Casa Veracruz en plena campaña electoral del año pasado. Así, Duarte no es un tema agotado ni mucho menos. Es una cartuchera lista para ser usada en la guerra electoral del año entrante.
“VAYAN A PACHO”
Por otro lado, si se recuerda la entrevista que el propio cordobés dio al noticiero matutino de una televisora, antes de solicitar licencia y que es, hasta hoy, su última declaración amplia ante la prensa sobre las acusaciones que se le imputan, aseveró que el Gobierno Federal no lo perseguía y que los procesos judiciales que se armaron en su contra eran en base a las acusaciones que hizo el entonces Gobernador electo. “Es el único que me ha denunciado, las denuncias provienen de una sola persona”, aseguró Duarte.
Esto confirma que el requerimiento judicial de la Federación y su encarcelamiento fue posible por las acciones del actual Gobernador, aun cuando mediáticamente le quieren arrebatar el mérito. Y no sólo fue Duarte sino otro Gobernador, el interino o sustituto, Flavino Ríos Alvarado también fue encarcelado, ya siendo Mandatario formal. El minanteco estuvo algunos días en Pacho Viejo y de ahí se le otorgó libertad bajo caución, pero sigue bajo proceso judicial.
Y va por el tercero, según lo dijo ayer mismo durante la presentación de micro-sitio alojado en la página web de la Secretaría de Finanzas en el que se detallan los bienes muebles e inmuebles recuperados -que se los quitaron a los ladrones, pues- y al que se puede acceder con el link: www.veracruz.gob.mx/finanzas/bienesrecuperados. Refirió que además de Duarte, hay investigaciones penales abiertas contra su antecesor, el innombrable, quien “podría seguir ese camino pronto”, es decir, la cárcel.
A pregunta expresa de los reporteros, también sostuvo que no hay intocables de la pasada Administración, que hay procesos judiciales en curso y además varios de los excolaboradores de Duarte de Ochoa ya están en prisión. “Vayan a Pacho Viejo”, les dijo para que lo constaten. Del discurso emitido ayer vale la pena recatar una parte que es plenamente vigente y que seguirá siendo motivo de polémica. Es cuando se refiere a la prensa militante, la nostálgica por los gobiernos de Duarte y del innombrable.
Son esos que minimizan lo recuperado, llamándolo “tiliches”, “chácharas”, “discurso gastado”, y hasta piden olvidar el tema. Vaya que no cambian esos opinadores. Hicieron lo mismo en el 2012, ya que mientras la opinión pública hervía por el asesinato de la periodista Regina Martínez, algunos de ellos escribieron: “Ya dejen descansar a la difuntita”, para que se dejara de hablar del tema y de exigir a Duarte el esclarecimiento del crimen.
Ahora lo vuelve a hacer, piden olvidar el tema de las raterías de Duarte y de su impresentable antecesor. Por eso las palabras del Gobernador estuvieron bien acomodadas y vale la pena citarlas porque no se trata de algo que alude a la Administración panista sino que es un agravio contra Veracruz, contra los 8 millones de veracruzanos que hoy pagan las consecuencias de doce años de corrupción, saqueo financiero y de puertas abiertas a la delincuencia organizada.
“Las voces de la corrupción, sus defensores y voceros quieren que dejemos de hablar de lo que sucedió. No quieren que se mantenga vivo el recuerdo de los dos sexenios de corrupción, de saqueo, de atraco a los veracruzanos. Añoran el pasado, piden que vuelva el círculo vicioso de corrupción, complicidad y aplauso a los corruptos a cambio de dinero de los veracruzanos. Ese pasado no lo verán nunca más”. Y se aplaude no dejar el asunto en el olvido. Los crímenes del pasado deben estar vigentes, expuestos al análisis y al debate, y por supuesto, para llegar al ejemplar castigo de sus perpetradores.
En este contexto, ayer se dio una muestra más del manto protector del priismo hacia los saqueadores de Veracruz, pues al haber un empate de votos en la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados, el presidente de la misma, el diputado tricolor, Ricardo Ramírez Nieto, intentó dar por desechado el juicio de desafuero contra Antonio Tarek Abdalá Saad y Alberto Silva, extesorero y ex coordinador de Comunicación Social, respectivamente, durante el sexenio pasado.
Ramírez Nieto ya había anticipado el desen-lace de esta petición de desafuero que solicitó la Fiscalía General del Estado contra ambos legisladores, quienes están involucrados en el saqueo de cientos de millones de pesos. Sin embargo, hay dos resquicios todavía para llevar ante un Juez a Tarek y Silva Ramos. Uno es que como hubo empate en la votación de esa comisión, se lleve al Pleno para que sea la asamblea total la que vote por desa-forarlos o no, tal como lo solicitaron los diputados que votaron a favor.
Tal vez eso no suceda y los exfuncionarios tengan once meses más de impunidad. Será menos de un año porque dejan el cargo a finales de agosto del 2018 y entonces podrán ejecutar las órdenes de aprehensión en su contra. Es decir, se habrá que esperar a que concluya su período como legisladores para que, una vez sin la protección del fuero constitucional, se les lleve ante la justicia.
LOS “SIN PARTIDO”
Mientras tanto, el proceso electoral del 2018 avanza en pleno 2017. Ayer se registró como candidata “independiente” ante el Instituto Nacional Electoral (INE), la exprimera dama Margarita Zavala, quien la semana pasada renunció a su militancia en el PAN. Claro, eso de independiente se tiene que entrecomillar porque la señora más bien está sin partido y de independiente no tiene nada, como varios de los otros abanderados que también se han inscrito bajo esa figura.Los ejemplos inmediatos son el senador guerrerense Armando Ríos Piter, quien fue postulado por el PRD, pero ha sido cercano al PAN y al PRI, y Jaime Rodríguez Calderón, conocido con el sobrenombre de “El Bronco” y gobernador de Nuevo León, cargo al que llegó también como candidato “independiente”, después de militar 33 años en el tricolor.
También está registrado el locutor Pedro Ferriz de Con, quien formalmente no ha militando en ningún partido, pero siempre ha sido cercanísimo al panismo, sobre todo en las Administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón. Esas son las figuras más destacadas de los que veinte aspirantes que habrían acudido al Instituto Nacional Electoral (INE) a tramitar sus registros.
La otra candidata a destacar por esa vía es María de Jesús Patricio Martínez, impulsada por el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y cuya postulación podría señalarse como legítima y, efectivamente, libre de la contaminación partidista, pero tiene claroscuros detrás que no son nada pequeños.
El EZLN y su famoso Subcomandante Marcos -hoy autollamado “Galeano”- hicieron contra-campaña para afectar al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, en los comicios presidenciales del 2006 y 2012, restándole votos en las zonas rurales e indígenas, y así se en un instrumento del sistema para atajarle el paso al tabasqueño. Hoy no hay nada para pensar que la cosa sea diferente y que la señora Patricia Martínez, conocida como “Marichuy” no sea una candidata de paja con ese mismo propósito.