Atoyac.- Alrededor de tres horas estuvo en el suelo el cuerpo de don Boni, debido a que sus familiares no tenían para comprarle un ataúd, hasta que se cooperaron los vecinos para adquirir uno, pues las autoridades municipales argumentaron no tener dinero para ello.
Bonifacio Chalchi Mirón, falleció a los 57 años de edad, el día de ayer a las 09:20 horas en un vehículo “maceta”, donde vivía desde hace medio año, luego de que Álvaro Andrade Ramírez le permitiera quedarse en este lugar, pues desde hace siete años no tenía una vivienda, debido a que había dejado a su familia por el alcohol.
Don Boni , como le llamaban los vecinos, manifestaron que él tenía cáncer en el hígado y había presentado dolores en el estómago, por lo que solicitaron el auxilio de las autoridades municipales para que el médico del DIF le diera la atención necesaria, pero nunca llegó. Insistieron y personal de la Policía Municipal lo trasladó al Seguro Social donde le dieron un suero y regresó a donde vivía.
“Toda la noche lo cuidamos, la pasamos en vela, hoy pedimos apoyo porque falleció y nos dijeron que no había recurso, que el Presidente Municipal mandaba a decir que no es funeraria y el doctor del DIF, Miguel León Roys, llegó sólo a levantar el acta de defunción, escribiendo que el deceso fue por cirrosis”, expresó Gabriel Pérez Romero.
Andrade Ramírez, quien tiene un taller mecánico le dio asilo, pero no tenía los recursos para darle atención médica, por lo que él y otros vecinos solicitaron apoyo a las autoridades y les fue negado.
“Hoy -ayer- tomó en la mañana yoghurt, ayer un caldo de frijoles, comió, pero el dolor no se le quitó”, expresó.
Pérez Romero agregó: “Bonifacio vendía pan por las tardes, sí tomaba alcohol, pero no se vale que lo dejaran morir así, su hermana también es de escasos recursos, hace unos meses falleció otro familiar y no tienen dinero, por eso pedimos ayuda, pero tuvo que reunirse de los vecinos para poder darle una caja sencilla”, expresó.
Hoy le realizarán una misa de cuerpo presente a las 10:00 horas y posteriormente lo sepultarán “en una fosa sencilla que tras la insistencia otorgó el Ayuntamiento de Atoyac, porque dijimos que vamos a denunciar la situación a Derechos Humanos.
Los vecinos poco a poco reunieron recursos para velarlo y compartir café para el adiós de una persona que no tenía domicilio, pero por humanidad le dieron un trato digno en la medida de sus posibilidades.