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El problema de los cambios constitucionales

Superiberia

El día de ayer en la televisión, pude ver una entrevista que le estaban haciendo al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, en la que le preguntaron su opinión sobre las modificaciones que le quieren hacer a la paraestatal PEMEX.

Independientemente de la falta de capacidad del Ingeniero para comprender la situación real de dicha paraestatal que, en estas fechas del año “nada más” tiene un déficit de 49 mil millones, él considera que únicamente debe convertirse en una sociedad autónoma, y así saldría sola de sus problemas. 

El Ingeniero no menciona la inmensa corrupción que está matando a esa empresa, ni los robos impunes que día a día sufre, ni la mala administración que aprueba balances en donde claramente se pueden apreciar los delitos que se cometen a diario con la anuencia de las personas que la dirigen.

Lo mismo sucede en la CFE, en menor escala por supuesto, pero los directivos de esta otra paraestatal también permiten mucha corrupción dentro de su sindicato y de su personal administrativo.

Espero que esta situación se corrija con la reformas que se pretenden hacer, así lograríamos abatir la corrupción rampante que nos agobia.

En lo que corresponde a la modificación y modernización del sistema de justicia, habría que comenzar por pensar cómo consignar al presunto culpable ante el Ministerio Público, ya que en este momento, el agente del Ministerio Público, así como los jueces, no están siendo vigilados; cometen una serie de injusticias y no logramos saber si están consignando a un inocente, como es el caso de una mujer de 22 años a quien metieron presa porque su maleta de viaje fue cambiada (se supone que por la misma policía) por otra que iba llena de marihuana.

Si no hubiera habido quien la defendiera legalmente, esta persona inocente estaría en este momento  en la cárcel.

Creo que si se logra establecer el sistema de juicios orales y públicos, pudiéramos reducir el número de inocentes que se encuentran en este momento sufriendo una pena por delitos menores y que no han tenido quién los defienda.

Sugiero que el Estado nombre a dos Jurisconsultos por prisión que revisen caso por caso los delitos menores de los que se acusa a cada preso, y obligue a los jueces a fijar fianzas para sacar de la cárcel a personas que sólo están ahí aprendiendo a delinquir en lugar de enmendarse.

Ya sabemos que la justicia en nuestro país brilla por su ausencia, y es algo que aumenta fundamentalmente la corrupción general. De paso limpiaríamos la población de los reclusorios y les haríamos la vida menos penosa, abaratando además el costo de manutención en ese renglón.

También podríamos tenerlos cumpliendo su castigo bajo la obligación de presentarse semanalmente ante la autoridad, so pena de volver a encerrarlos.

No podemos seguir teniendo juntos en la misma prisión a asesinos, violadores, y ladrones que viven de su “profesión” y otros que están presos por portación personal de marihuana.

Conozco casos en que la misma policía sube a la patrulla al primer ciudadano que les parece “sospechoso” de portar marihuana, y los amenazan de consignarlos si no les entregan lo que traen en la bolsa. Sus clientes preferidos son obreros que acaban de recibir su quincena o su semana.

 

Ésta es la policía que nos “vigila”.

Desgraciadamente la Cámara de Diputados solo se concreta a lo que les ordenan los representantes de su partido, y para ellos, “el pueblo que se rasque solo”. Si en verdad fueran servidores de su Distrito, estarían pendientes de estos casos y otros muchos que ocurren mientras ellos están durmiendo en su curul. En lo que menos piensan es en su trabajo.

Éstos son los que deberían ayudar al  C. Presidente de la República a hacer de México un país que no tuviera la fama de ostentar el título del más corrupto de América. 

En el caso de PEMEX y de la CFE, van a ser los primeros en ponerles dificultades a esa reforma, pues estoy seguro que ya tienen en mente cuáles van a ser éstas; oyendo a Cuauhtémoc que maneja la idea de que no es necesario cambiar la constitución para modernizar a la empresa, nos damos cuenta de lo cerrados que pueden ser los dizque de izquierda, ya que la mayoría piensa que consiste en decir “no” a todo lo que proponga el gobierno. 

Del IMSS y del ISSTE podríamos hablar horas sobre la corrupción y falta de probidad de las personas a las que les pagamos para que nos atiendan, –cosa que debería hacer el Estado, para eso son nuestros impuestos-.

Los casos sucedidos en esta ciudad dan pena por su crudeza anta la pobreza de los más necesitados de la sociedad y que acuden a los servicios de salud por no tener dinero para curarse.

Existe una Secretaría de Salud que no sé para qué sirve, pues como dijo Fox, Centroamérica comienza en Puebla, y por lo tanto debemos vivir en esta parte de la República, como centroamericanos, y es probable que en la capital hayan visto alguna vez al secretario de salud visitando instalaciones propias de su nombramiento y corrigiendo errores, botando a la calle a los ineptos.

Las colas para ser atendido en la farmacia correspondiente, y las colas para ser atendido en URGENCIAS, son interminables y desesperantes.

Estas dos instituciones de salud debieran ser manejadas por el Sector Privado, a los que podrían sancionárseles igual que sanciona a los partidos políticos el IFE. Por lo menos quizás nos hicieran caso a nuestras quejas.

Volviendo al tema de PEMEX, que no nacionalizó Cárdenas, sino que botó del país a las compañías de Alemania y Bélgica, dejando todo el petróleo de México para los americanos únicamente, me hace recordar el episodio de Santa Ana, quien entregó medio país sólo porque la Iglesia no podía atender tanto territorio apache, recibiendo -según cuenta la historia- dos millones de dólares que en aquel entonces valían un peso mexicano. ¿Le darían algo a Cárdenas?

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