Es muy probable que por la actividad constante del volcán Popocatépetl (el eje neovolcánico, cordillera transversal, surgió hace menos de un millón de años), la antigua ciudad de Teotihuacán se abandonara por el prolongado consumo y evaporación del recurso natural más valioso de la cuenca endorreica del Valle de México: el agua subterránea.
Esta contingencia histórica (se estima que ocurrió hace 11 siglos), no fue por conflictos bélicos, supremacías o dominación entre ancestrales pueblos del Valle de México o bien, por la emisión-lluvia ácida de cenizas, minerales y magma, que si bien ambos procesos -humano y natural- contribuyeron al control, sometimiento y expansión territorial de ciudades-estados, así como a la contaminación atmosférica y de los antiguos lagos del Anáhuac, la esencia de abandono y decadencia de Teotihuacán se debió básicamente a la escasez de agua. La alteración volcánica-ambiental también influyó en la disponibilidad de alimentos ante la reducción de la fauna y flora.
En la actualidad, el peligro-amenaza principal radica en la alta extracción y evaporación de los acuíferos de los valles de México y Puebla, asociada al volcán Popocatépetl (con regularidad se forman nubes) y a la creciente demanda del líquido para usos urbanos, industriales y agropecuarios en la región central: Distrito Federal y estados de México, Morelos, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala, lo cual se complica por el abrumador centralismo, conurbación y expansión de las zonas metropolitanas de los valles de México y Puebla; concentración poblacional acrecentada por el arribo de habitantes del interior -especialmente al Valle de México- que emigran de convulsionadas, violentas e inseguras regiones del país, así como de extranjeros que buscan nuevos horizontes de vida y residencia.
Reflexionar que la valiosa y continua actividad geotérmica del Volcán Popocatépetl (abundante calor y vapor endógenos) es un obsequio inestimable y riqueza inacabable de la naturaleza, motiva a convertir con ingenio, creatividad, visión, audacia y decisión en profusa y limpia energía eléctrica, producir alimentos en distritos-invernaderos hidropónicos y crear-ofrecer infinidad de empleos útiles-constructivos en contraposición a las actividades ilícitas.
Los ríos de electricidad que se generarían por la transformación masiva de los recursos geotérmicos primarios abastecerían a las potentes plantas de bombeo del Proyecto Chauzingo-Amacuzac-Valle de México, conceptuado-planificado para substituir el mismo volumen de agua subterránea que hoy se extrae de deteriorados acuíferos por revitalizante agua superficial y, simultáneamente, se aportaría un alto porcentaje de electricidad a los estados del centro.
Así, por cada mil megawatts instalados en el Proyecto Geotermoeléctrico Popocatépetl (criterios análogos se aplican al volcán Fuego de Colima y a cualquier volcán del planeta que cuente con suficiente vapor de agua y calor endógeno) se generarían siete mil 450 millones de kilowattshora anuales-producción similar a la Central Nuclear de Laguna Verde pero sin dependencia tecnológica-energética y problemas de control-disposición de residuos radioactivos de alto nivel- lo que permitiría desplazar 1715 millones de metros cúbicos de gas natural, 12.50 millones de barriles de combustóleo o 3.72 millones de toneladas de carbón mineral; combustibles fósiles de creciente importación.
Es importante destacar, que aunado al significativo ahorro energético-económico, tan sui generis proyecto no estaría condicionada su operación (otras fuentes alternas de energía: como solar, requiere de días despejados y brillantes, o eólica, que demanda incidencia constante de viento), pues su producción sería continua (el calor emana de lo profundo de la Tierra). Su funcionamiento únicamente estaría supeditado a programas y procedimientos bien definidos de perforación de pozos geotérmicos dirigidos hacia la caldera volcánica para asegurar el volumen necesario de vapor de agua a altas temperaturas y presiones.
En contraste, el gobierno federal al insistir en aplicar planes de emergencia dispendiosos y limitados para afrontar la efervescencia volcánica, compromete el destino de los valles de México y Puebla; regiones donde hoy residen alrededor de 23 millones de habitantes. Es decir, tan inconveniente política oficial complica la viabilidad-posteridad de la región central, ante la previsible insuficiencia de agua derivada, tanto por el consumo-evaporación del volcán Popocatépetl como por el incontrolable crecimiento-concentración poblacional.
De prevalecer estas normas, criterios y tendencias, de señalar al volcán Popocatépetl como un latente riesgo y acotarlo dentro de restrictivos planes emergentes en lugar de ser visto-considerado como una fuente de energía geotérmica interminable y de alta producción de alimentos, las áreas urbanas de los valles de México y Puebla podrían colapsarse.
De cumplirse esta prognosis por inconvenientes directrices oficiales ningún programa o acción de gobierno: Plan DN-III-E, Marina o similares funcionaría… implica, por falta, escasez y/o conflictos por los usos del agua las ciudades-poblaciones se abandonan-arruinan.
Entonces, ¿hacia dónde se dirigirían los habitantes de los valle de México y Puebla que hoy representan más de cien veces la otrora población de Teotihuacán? Frente a esta perspectiva de inhabitabilidad e ingobernabilidad, es el momento oportuno, ineludible e inaplazable de ponderar-evaluar que el recién anunciado Plan Nacional de Desarrollo no sea sólo un trámite constitucional burocrático-administrativo del gobierno federal, sino que debe evolucionar y avanzar más allá de regímenes sexenales e intereses políticos, económicos y sociales, con el fin de simbolizar un auténtico y bien conceptuado-planificado proyecto de país de largo alcance, amplia visión e integral-participativo, que al cimentarse en un renovado concepto de prosperidad nacional, garantice construir y desarrolla un México nuevo, moderno, equitativo, con trabajo digno-remunerativo y en paz.
*Autor del Proyecto de País México Tercer Milenio Valles de México y Puebla
