CÓRDOBA.- El anuncio hecho por el alcalde de Orizaba, de la compra de la Plaza de Toros La Concordia, vuelve a dejar en evidencia la diferencia entre lo que es posible hacer en un municipio cuando los recursos se utilizan en beneficio de la población, y lo que no se logra cuando un Gobierno sólo se dedica a robar, como en el caso de Córdoba, saqueada hasta la saciedad por Tomás@elalcahuetedePortillayLavín y su séquito de ladrones.
Destinada a eventos y actividades deportivas y culturales, la Plaza de Toros “La Concordia” se sumará a los inmuebles adquiridos por la Administración orizabeña, que han sido puestos a disposición de su población para mejorar la infraestructura comercial, turística y de servicios de la ciudad.
Mientras tanto, en Córdoba, Tomás@elalcahuetedePortillayLavín y su grupo de rufianes mantienen al municipio en el abandono. La ciudad ha sido saqueada durante toda la Administración actual, y no ha habido una sola obra que sea digna de mencionar. Al contrario.
En Orizaba, la compra, rehabilitación y operación del Mercado Cerritos, en 7.5 hectáreas, no superó los 15 millones de pesos. En Córdoba, más de 100 millones de pesos se han destinado a la remodelación del Mercado Revolución, y la obra ni avanza ni tiene para cuándo terminarse, por el contrario, Tomás ya señaló que se la dejará a la siguiente Comuna.
Los 90 millones de pesos invertidos por la Administración orizabeña para la compra y habilitación del castillo Mier y Pesado, actualmente Poliforum de la ciudad, se sumó a la rehabilitación del Auditorio Metropolitano, pero también a cinco nuevos parques temáticos que han resultado todo un éxito para los orizabeños y miles de visitantes, que antes no tenía la ciudad y que ahora disfrutan cada fin de semana del teleférico, del paseo del río con su zoológico, de por lo menos ocho nuevos museos, además de la rehabilitación de edificios históricos y la construcción de diversos espacios deportivos con albercas, canchas de varias disciplinas deportivas, con pistas de tartán y gimnasios equipados con lo más moderno.
En Córdoba, lo único visible son los chorritos de agua que brotan en las calles cerradas del Centro Histórico, en donde el Alcalde tiene su negocio familiar. La diferencia entre ambos municipios es abismal. El saqueo generalizado de los recursos de los cordobeses mantiene a la ciudad en un retraso total, mientras que Orizaba crece y aumenta su importancia en la región, gracias a un Gobierno con visión, que comparte sus proyectos con las empresas constructoras locales, que aprovecha los recursos federales para convertirse en “Pueblo Mágico” y continuar recibiendo remesas millonarias para seguir modernizando su propuesta cultural y turística, para atraer visitantes, pero también inversiones.
No sería necesario comparar al inútil y corrupto de Tomás con ningún Alcalde para saber que ha sido el peor presidente de Córdoba, pero estas dos ciudades, tan cercanas y tan distintas ahora, dan evidencia de que la corrupción, el valemadrismo, la deshonestidad y la ineptitud de este Alcalde y su equipo de saqueadores: Medina Rahme, Hugo Fernández, Rodolfo de Gasperín, Luis Alberto García, entre otros, deben ser juzgados por el daño hecho a nuestra ciudad.