El 20 de mayo se informó que la Secretaría de la Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional desplegaron casi mil elementos en Tierra Caliente
“Al igual que el crepúsculo que existe entre la luz y la sombra, hay en la República un estado en el cual todo es posible. Podría llamársele la dimensión de la imaginación, una dimensión desconocida en la que nacen sucesos y cosas extraordinarias como los que ahora vamos a ver. ¿Qué no es posible? Todo es posible en el gobierno de Jesús Reyna, todo es posible en la dimensión desconocida”.
Así podría arrancar un capítulo más de la historia de violencia que está afectando a Michoacán. Aunque los ataques de un grupo criminal a pobladores de Los Reyes que dejó cinco muertos y ocho lesionados, y las emboscadas a elementos de la Policía Federal que ocasionaron la muerte de 22 personas, llevaron a este estado a las primeras planas de los medios impresos esta semana, este territorio nunca ha salido de la nota roja.
El ex mandatario Felipe Calderón y el presidente Enrique Peña Nieto decidieron iniciar su estrategia de seguridad justamente en esa entidad; pero Michoacán se ha convertido en el nuevo Triángulo de las Bermudas porque toda estrategia para combatir la violencia que entra, naufraga.
En febrero de este año, el arranque de la llamada Estrategia Nacional de Seguridad Pública fue marcada con la reunión entre el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos y el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, pero parece que nadie le avisó a los cárteles de la droga porque la violencia se mantuvo.
Entonces la población reaccionó y comenzó a armarse y crear los grupos llamados autodefensas. Fuera de toda regulación y ley. Las armas empezaron a surgir de la nada lo que provocó sospechas y críticas. Empezaron a convivir mundos paralelos, ante la mirada atónita de los espectadores, el de los policías comunitarios, el del gobierno y el de los cárteles, pero todo es posible en la dimensión desconocida de Michoacán.
El 20 de mayo se informó que la Secretaría de la Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional desplegaron casi mil elementos en la zona de Tierra Caliente de Michoacán para tratar de pacificar el territorio. Esta semana, el gobierno federal anunció que mandó a dos mil agentes para enfrentar la crisis de seguridad en la entidad. Sin embargo, y de acuerdo con expertos en fenómenos paranormales, a esos miles de militares, marinos y policías se los debe estar tragando la tierra en cuanto pisan territorio michoacano porque ¿cómo se explica que a pesar de los esfuerzos y el apoyo que se está enviando, esta entidad siga tan convulsionada?
Lo peor es que tampoco ha quedado explicada la desaparición de las policías estatal y municipal, porque nada más no se les ve. El gobierno de Michoacán le ha dejado toda la responsabilidad a la administración federal.
Sólo en Michoacán puede haber un gobernador virtual como Fausto Vallejo que dentro de poco habrá estado más días incapacitado que gobernando; pero si ya de por sí esta situación es digna de una película de ficción, el hecho de que el gobernador interino, Jesús Reyna García, diga que a pesar de lo que se ve no hay ingobernabilidad, confirma que los funcionarios de ese estado están viviendo en una dimensión paralela, en un mundo imaginario donde todo es posible. Otros más escépticos en fenómenos sobrenaturales simplemente dicen: “Móchense para andar iguales”.
Michoacán fue en su momento un dolor de cabeza para el gobierno calderonista y una especie de nódulo tiroideo para la administración peñista. Está enquistado y requiere una intervención profunda, rápida y contundente para lograr devolverle a esta emblemática región la paz, lo cual ahora parece lejano. Sin embargo: “Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de paz, una dimensión de visión, la dimensión de la gente. Estamos entrando en un mundo desconocido, de sueños e ideas. Estamos entrando en la dimensión desconocida de Michoacán”.