CDMX.- La cancillera Angela Merkel ha vuelto a ganar las elecciones alemanas, pero la victoria de este domingo es especialmente amarga. Esperando el cómodo triunfo que le habían pronosticado todos los sondeos, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) se ha quedado en tan solo el 33.2% de los votos, el peor resultado del partido desde 1949, que la aboca a una situación complicada.
Mientras los cientos de seguidores reunidos en la histórica Konrad-Adenauer-Haus de Berlín contenían el aliento frente a los malos resultados obtenidos, en la sede de Alternativa para Alemania (AfD) el ambiente era diametralmente opuesto. Sonrisas, cánticos patrióticos y un mensaje claro: la ultraderecha ha vuelto a Alemania para quedarse. La euforia tiene su razón. Con un 13.2% de los votos, esta formación nacida hace tan solo cuatro años irrumpe en el Parlamento con el mejor resultado obtenido por un partido nuevo en la era de posguerra. No menos importante, la llegada de AfD supone el regreso de la ultraderecha al Parlamento federal desde 1960.
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