Cd. Mendoza.- Más de 150 invidentes caminan solos sin la compañía de algún familiar en municipios como Río Blanco, Nogales y Ciudad Mendoza, se enfrentan con zonas en donde corren el riesgo de caer, por tropezar con banquetas fracturadas, registros de agua potable sin tapa o levantados, casetas telefónicas y postes en medio de las aceras.
Así lo indicó el presidente de la asociación Civil de Ciegos y Débiles Visuales AC, Javier Gutiérrez Tamayo, al lamentar que para el rubro de obra pública, las autoridades municipales siguen sin solicitarles el apoyo, asesoría o consejos con carácter de incluyente a las asociaciones que se dedican a atender al sector invidente.
Comentó que, aunque la población invidente es quizá mínima para los gobiernos locales, este sector no debe ser ignorado, ya que son ciudadanos que independientemente de sus condiciones, también forman parte de la sociedad y por lo tanto merecen desplazarse con una adecuada infraestructura urbana.
“La falta de infraestructura para las personas que vivimos con una discapacidad no sólo afecta a los invidentes, sino a quien se apoya de unas muletas o de silla de ruedas para desplazarse. Las autoridades no han tomado conciencia de que también nosotros somos personas humanas y que también necesitamos espacios propios para
poder movernos de un lugar a otro con seguridad”, señaló.
Puntualizó que las principales necesidades que tienen son la colocación de nomenclaturas en Braille en esquinas de los centros de las ciudades, la colocación de huellas podotáctiles y la instalación de semáforos sonoros en todos los cruces de riesgo, para que caminen seguros por las calles de los municipios.
