Poco se sabe de la vida de Tina Modotti además de sus fotografías, ya que no quedó mucho más rastro de ella que las tres películas mudas en las que participó como actriz a principios de los años veinte; el texto donde plasmó sus ideas sobre la fotografia; las cartas que envió a su maestro, Edward Weston; los testimonios de la gente que la conoció y un par de sucesos que la prensa de ese tiempo se encargó de ensalzar, pero son datos más que suficientes para catalogarla como una fotógrafa excepcional, comprometida y adelantada a su tiempo.
Tina nació el 16 de agosto de 1896 en Udine, al norte de Italia. Su padre era mecánico y su madre se dedicaba a las tareas del hogar, pero hasta los 12 años pudo educarse en escuelas italianas y austríacas. A partir de ahí, por los escasos recursos económicos de su familia se vio obligada a trabajar en una de las fábricas textiles de la ciudad y como la situación no mejoró, en 1913 la familia emigró a San Francisco (Estados Unidos), donde empezó a trabajar en una fábrica de seda y después como modista.