Por: Andrés Timoteo / columnista
Como ya se dio cuenta en texto pasado, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) realizó su Consejo Estatal el pasado fin de semana y perfiló a los diputados federales Rocío Nahle García y Cuitláhuac García Jiménez, como los posibles candidatos para disputar la Senaduría y la Gubernatura, respectivamente. Sin embargo, al menos en la nominación por la Gubernatura se han introducido dos factores que hacen que García Jiménez –quien ya contendió y perdió en el 2016- no tenga asegurada tal postulación, al menos en lo inmediato.
Uno es lo dicho por la misma secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky en relación a que se tienen “pláticas” con líderes intermedios del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), que encabeza el cordobés Dante Delgado Rannauro, para coaligarse en Veracruz. Obviamente, esas conversaciones tienen que ver con una posible postulación del exGobernador, quien ya contendió en dos ocasiones para regresar a Palacio de Gobierno, una en el 2004 y la otra en el 2010.
En esas ocasiones, Dante Delgado fue abanderado por una coalición tripartita formada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y el PMC. Además, es evidente que frente a Cuitláhuac García, el exgobernador Delgado no sólo tiene más experiencia y renombre sino también posibilidades de dar la competencia. García Jiménez le apostará al arrastre que le logre dar el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien será candidato a la Presidencia de la República, ya que carece de luz propia o un trabajo destacable como legislador.
Acuérdense, que cuando ciudadanos xalapeños lo buscaron para que gestionara recursos como Diputado Federal por la capital del País, éste se desentendió y dijo que era legislador por todo el País, no por Xalapa. La mitad del sueldo que supuestamente dona para universidades, no lo entrega en Veracruz sino se va a las arcas de Morena a nivel nacional. Tampoco hay que olvidar que el crecimiento espectacular que tuvo su candidatura en el 2016 obedeció a dos cosas.
Una, al voto de miles de veracruzanos hartos de los partidos tradicionales y la otra, a la operación electoral y financiamiento que habría recibido del exgobernador Javier Duarte de Ochoa, quien pactó apoyar a Morena para frenar al panista Miguel Ángel Yunes y a la vez, hacer perder al priista Héctor Yunes Landa, quien nunca fue de su agrado. Así pues, una postulación de Dante Delgado tambalea, por lo menos mediáticamente, la postulación de Cuitláhuac García.
No obstante, se ve difícil una alianza Morena-PMC, pues el dirigente del primero. López Obrador, incluyó a ese partido en lo que llama “la mafia del poder”, mientras que hace un par de semanas, el PMC, en su asamblea nacional, decidió ir con candidato propio a la contienda presidencial. Aún más, Dante Delgado está siendo cortejado por dirigentes del PAN y del PRD para que el PMC se sume al Frente Opositor para el 2018.
El otro asunto que ‘mete ruido’ a la designación de Cuitláhuac García es que algunos en Morena pretenden seguir “enrojeciendo” -infiltrando a los rojos de la fidelidad- al partido. Uno de ellos, el dirigente estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, acaba de revelar que hay acercamiento con el exalcalde xalapeño y exdiputado federal, Ricardo Ahued Bardahuil, quien siempre ha sido priista, pese a que es un empresario muy conservador.
En Morena no escarmientan con los escándalos y daño que le han provocado personajes como Eva Cadena, la diputada local y exaspirante a la Alcaldía de Las Choapas, burda recaudadora del Partido o el caso del delegado de Tláhuac, en la Ciudad de México, Rigoberto Salgado, relacionado con el narcotraficante Felipe de Jesús Pérez, apodado “El Ojos”, quien fue abatido a finales del mes de julio, y está demostrado que el aparato “purificador” de pecadores políticos que presume Morena y su líder López Obrador, está averiado de origen.
No logran ‘purificar’ a los corruptos arrepentidos e intentar postular al fidelista Ricardo Ahued, un ‘soldado’ del innombrable para controlar la Alcaldía de Xalapa y la Diputación, es volver abrirle la puerta a lo podrido del priismo. De todos modos, el caso de Ricardo Ahued es igual al de Cuitláhuac García: no ganarán porque son candidatos dudosos, ambos ya fueron “besados por el diablo”.
De colofón está un acuerdo de la cúpula de Morena para seleccionar a sus candidatos por encuestas y nominar al que salga mejor posicionado. Eso se está haciendo en la Ciudad de México con los tres aspirantes a la Jefatura de Gobierno, Claudia Sheinbaum, actual delegada en Tlalpan, Martín Batres, dirigente del partido en la capital y Ricardo Monreal, delegado en la Cuauhtémoc. De aplicarse la encuesta en Veracruz, García Jiménez sería ‘barrido’ por Dante Delgado y con el riesgo de que lo supere el mismo Ricardo Ahued.
Por lo pronto y a la espera de la definición en Morena, en Veracruz ya están perfilados dos de los tres candidatos que disputarán la Gubernatura en el 2018. Del PRI, al parecer es una obviedad que el nominado será el senador José Yunes Zorrilla, la carta menos dañada que actualmente tienen y eso con las reservas necesarias, pues el peroteño no ganará porque lo arrasará el desprestigio del Partido y el de sus dos últimos gobernadores con los cuales fue diligente y cómplice inactivo. Con su silencio ayudó a concretar el saqueo de la Entidad y la perversión de la vida pública.
De parte de Acción Nacional, el cual seguramente irá en alianza con el PRD, ya está cantada la postulación de Miguel Ángel Yunes Márquez, actual alcalde de Boca del Río, quien ha sido el edil que mejores resultados ha ofrecido para su ciudad y quien es, hasta el momento, el mejor posicionado de todos los aspirantes de los diferentes partidos políticos. Sobra decir que tendrá el respaldo de los resultados de su papá, el actual Gobernador en funciones.
Una cosa es cierta, en el caso que Morena nomine a Cuitláhuac García o a Ricardo Ahued, entones el priismo fidelista jugará con dos abanderados, uno en el tricolor y otro por el partido de “El Peje”, como lo hizo en el 2016 que llevó tres candidatos: García Jiménez por Morena, Juan Bueno Torio como “independiente” y Héctor Yunes como el abanderado oficial.
OTRA VEZ DE FUERA
Como siempre sucede en México, las noticias sobre investigaciones de corrupción vienen de fuera, pues a nivel local nada se indaga y la impunidad es la regla general. El fin de semana pasado el periódico brasileño O’Globo confirmó que el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya recibió sobornos de la transnacional Odebrecht por 10 millones de dólares. Ese dinero, según se especula, pudo servir para financiar en el 2012, la campaña electoral de Enrique Peña Nieto.
En el caso ha surgido un nombre, Nuvia Mayorga, quien fue encargada de las finanzas en el PRI durante el 2012 y habría sido la que manipuló el dinero depositado en una cuenta bancaria a nombre de Lozoya. Es toda una maraña de complicidades que pese a estar evidenciada seguramente no será castigada en México, donde a los corruptos no les pasa nada, a diferencia de Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff fue destituida, el expresidente Inacio Lula está bajo condena penal -pendiente de ser ratificada- y Marcelo Odebrecht, propietario de la empresa está encarcelado, por el mismo tema.
En Perú, los expresidentes Alejandro Toledo y Ollanta Humala tienen prisión preventiva, todos por la red de sobornos de Odebrecht. Acá nada se toca y nada se mueve, más que el escándalo noticioso que viene desde afuera. Es más, en el extranjero se aplica la justicia que a nivel doméstico se niega. En Estados Unidos se atrapó al exfiscal de Nayarit, Edgar Vetya, acusado de narcotráfico cuando acá se sentaba en los consejos de seguridad con altos funcionarios federales.
También en Estados Unidos se destapó la red de ‘lavado’ de dinero para el crimen organizado en la que figuran el futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez, quienes fueron colocados en una “lista negra”, y se prohibió todo intercambio comercial con sus empresas. En el extranjero, ambos personajes son considerados delincuentes que durante dos décadas se prestaron para ‘blanquear’ el dinero del narcotráfico, pero acá recibían donaciones del Gobierno, se tomaban fotografías junto a Peña Nieto y hasta eran llamados para arropar las campañas panistas.
Claro, y los escándalos de Odebrecht por supuesto apuntan a Veracruz, donde le dieron la concesión por 30 años del agua potable en el Puerto a la transnacional, a pesar de que ya se conocían los escándalos de corrupción. ¿De cuánto fue el soborno para el alcalde priista Ramón Poo, autodenominado vocero de la transnacional, y para los diputados que aprobaron ese negociazo, entre ellos el orizabeño Alejandro Zairick?
LOBOS AMERICANOS
Los estadounidenses no necesitan que los terroristas musulmanes vayan a su País a matar gente, les basta con sus propios supremacistas blancos -racistas pronazis- , entre ellos el terrorífico Ku Klux Klan, que apoyaron la campaña de Donald Trump. El fin de semana y al igual que los ‘lobos solitarios’ del Daech, uno de los neonazis blancos embistió con un vehículo a un grupo que protestaba contra ellos en la ciudad de Charlottesville, Virginia. Una mujer murió y 34 personas fueron lesionadas.
El actuar fue igual que los terroristas del Estado Islámico y es el mismo odio hacia el otro que consideran diferente, y peor aún, alentado por su presidente Trump, quien fue llevado a la Casa Blanca precisamente por el respaldo de los grupos ultraconservadores y reaccionarios. No hay que olvidar que la base popular que sostuvo a Trump durante las elecciones presidenciales fueron los llamados “Redneck” (Cuellos-rojos).
Es decir, los blancos pobres, en su mayoría iletrados, campesinos -por eso el cuello rojo, por trabajar al pleno Sol-, católicos o evangelistas a ultranza y quienes se creen los verdaderos dueños del país. Entre ellos se mezclan los grupos supremacistas como el Ku Klux Klan, que hoy se convirtieron en los “lobos solitarios” que asesinan gente, como lo hacen en Europa los del Estado Islámico. Vaya ironía, y eso que Trump se ha cansado de intentar equiparar a los migrantes con terroristas, pero la manada de lobos la tienen los gringos en su propia casa.