Córdoba.- Los programas de Salud, referentes a la detección de paludismo y enfermedad de Chagas, están en el olvido por parte de las autoridades del Estado.
La certificación de zona libre de paludismo que se pensaba alcanzar en la Entidad este 2017, una vez más está en riesgo de retrasarse ante la falta de recursos y participación de las autoridades, a ello se suman las políticas de ahorro implementadas que restringen la aplicación de pruebas de detección y acciones de fumigación en las viviendas.
La certificación como zona libre de paludismo estaba programada desde el 2014, al reunir uno de los requisitos principales que consisten en no contar con casos autóctonos de la enfermedad durante 10 años.
El delegado de la sección 70 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Sntsa), Ignacio Alfaro Sánchez, reconoció que el proceso se ha alentado a consecuencia de la falta de participación de los titulares y de las propias oficinas centrales.
Hasta el momento, no hay una fecha probable para la visita del nivel federal para que a través del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) se evalúen los avances. Aunque con apenas 10 elementos compartidos con el programa de detección del mal de Chagas, tampoco se puede avanzar.
Inclusive, cuestionó el hecho de que aunque exista una fecha probable para su visita, el personal no cuenta con el material necesario para sustentar una certificación, pues aunque año tras año se habla de un presupuesto, “por lo menos a Córdoba no ha llegado”.
No hay una computadora para el manejo de la información del programa, papelería ni gasolina para el traslado de los trabajadores y los módulos de toma de gota gruesa que se instalaron para la detección de pacientes, no están al día.
“Se busca una certificación, pero no se tiene ni una computadora para el envío de información, no hay papelería, todo se improvisa al momento. Esta certificación tiene recursos, se supone que año con año envían equipo de cómputo, gasolina y todo lo necesario para aplicar el programa, pero en dónde se han quedado, no lo sabemos”, dijo.
En lo que va de este 2017, afirmó Alfaro Sánchez que se han hecho acciones de detección, pues aunque en el caso del paludismo se tienen que hacer monitoreos, por ejemplo en zonas endémicas como Omealca, “todo lo hicieron a un lado por la cuestión económica”.
ENEMIGO
SILENCIOSO
En detección de Chagas, el panorama es mucho más desalentador.
El último reporte de casos que se tiene data de 2015, cuando fueron detectados cinco casos entre niños y adultos entre las zonas de Carrillo Puerto, Amatlán de los Reyes, Cacahuatal y Fraternidad. Actualmente, ya no se aplican detecciones ni mucho menos fumigaciones, a pesar de que existan casos.
“Por normativa se tomaba la muestra a todos los pacientes donde se ubicaba a una especie positiva, además se fumigaban las viviendas cercanas, era todo un trabajo completo porque al detectar al vector positivo era un hecho de que había pacientes, pero ahora aunque se ubique la especie positiva, ya no se toma la muestra al paciente ni se hace el trabajo de fumigación”, explicó el dirigente sindical.
El único medio para la detección del enfermo es mediante una valoración del médico, lo cual supone se trata de una acción para reducir gastos, aun cuando lo efectivo es llegar a la casa, buscar a la especie y detectar al paciente para someterlo a tratamiento.