Córdoba.- De manera hermética, la tarde de ayer, el gobernador del Estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, sostuvo una reunión con el alcalde suplente, Guillermo Rivas Díaz y el alcalde con licencia, Francisco Portilla Bonilla, en las instalaciones de la aeropista “Juan Antonio Perdomo Díaz”, de esta ciudad.
Bajo un enorme dispositivo de seguridad, el Mandatario estatal, arribó a la aeropista, cerca de las 14:00 horas, y sin más preámbulos inició una charla con el munícipe y con el candidato perdedor a la diputación local del Distrito XVI.
Durante la plática, que duró cerca de veinte minutos, se observó a un Portilla cabizbajo, pues en todo momento, mantuvo su mirada hacia el suelo, escuchando y sin refutar las indicaciones que aparentemente le daba Duarte de Ochoa.
Mientras tanto Rivas Díaz, mostró un semblante diferente al del alcahuete de Lavín, transmitía seguridad, se mostraba atento y participativo durante la conversación con el Ejecutivo estatal.
Por su parte, el Gobernador del Estado, se veía serio, sin embargo, antes de abordar su helicóptero, para partir de esta ciudad, se despidió de nuestros reporteros con una enorme sonrisa.
Cabe destacar que tras el arribó de Duarte de Ochoa, este medio de comunicación permanecía dentro de las instalaciones de la aeropista, sin embargo, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, los desalojó de lugar, por lo que fue imposible un acercamiento mayor con el Mandatario estatal.
Pese a que se desconoce el asunto que se discutía, existe el rumor de que Portilla -el alcahuete de Lavín- esté buscando regresar a la Presidencia municipal.
Tras culminar la conversación, Rivas Díaz fue el primero en abordar su vehículo particular acompañado de sus escoltas, evitando ser entrevistado por El Buen Tono, seguido de Portilla quien rápidamente abandonó el lugar.
Al gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, se le solicitó una entrevista tras la malla ciclónica, pero con una “enorme sonrisa” sólo dijo “adiós”.