Xalapa.- Aunque la Universidad Veracruzana ha tenido logros “encomiables” y representan un avance “indiscutible” en los últimos ocho años, también es cierto que el crecimiento de la matrícula y en la nueva oferta no repercutió favorablemente en sus indicadores de desempeño escolar, además, al comparar los indicadores con las universidades públicas del país, la UV no alcanzó a desplegar una transformación equiparable a la del resto.
Víctor Arredondo Álvarez, aspirante por segunda ocasión al cargo de Rector de la Casa de Estudios, expone en su propuesta “Motivos, valoración y perspectiva”, que el índice promedio de eficiencia terminal en la UV muestra una tendencia lineal a la baja (actualmente es sólo del 40 por ciento, 30 puntos abajo del promedio nacional).
Definió que a ello se debe agregar que el 30 por ciento de los alumnos del Área de Formación Básica del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), se encuentra en “situación de riesgo académico” porque se han reinscrito en su segunda, tercera y última oportunidad, al no aprobar sus asignaturas correspondientes.
Asimismo, la oferta educativa continúa concentrada en estudios de licenciatura, lo cual representa el 80 por ciento del total, mientras que, en los estudios de posgrado y de técnico superior universitario (TSU), su matrícula es muy baja: sólo dos mil 79 alumnos en posgrado, lo que representa el 2.8 por ciento del total y 513 en TSU, lo que representa el 0.7 por ciento.
Aseveró que 184 programas académicos -varios son de nueva creación- reportan tener menos de 21 alumnos registrados en los tres últimos ciclos escolares.
Arredondo Álvarez mencionó que a diferencia de la mayoría de las universidades, sólo el 53 por ciento de sus programas de licenciatura (90) tienen un nivel de calidad reconocida, el 49 por ciento de sus programas de posgrado se encuentran en el Padrón Nacional de Calidad del CONACYT -66 de 132- y sólo el 14.9 por ciento de sus cuerpos académicos -26 de 182- se encuentran registrados como consolidados.
Señaló que al comparar estos indicadores con los del conjunto de universidades públicas del país, donde todas aplicaron las mismas medidas de promoción por las actuales políticas de financiamiento extraordinario de la SEP; la UV no alcanzó a desplegar una transformación equiparable a la del resto.
“Esto ha significado una pérdida de competitividad y, por consiguiente, una reducción en su generación de fondos basados en el desempeño institucional”, lamentó.